Para no perder el rumbo
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Para no perder el rumbo

 


Los oaxaqueños tenemos la fortuna de contar con uno de los mejores climas del mundo. Un Centro Histórico y una ciudad que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Nos deleitamos de una cocina regional reconocida mundialmente; tradiciones, costumbres, artesanías; disfrutamos los recursos naturales como el árbol de El Tule y las playas de Huatulco y Puerto Escondido; zonas arqueológicas dignas de ser conocidas por el turismo más exigente y contamos con una red carretera que comunica a todos los puntos del interior del estado con la capital del país y otros estados.
Para aprovechar estos recursos ilimitados que van a convertir a Oaxaca en un estado rico; para competir en una economía global, el empresario oaxaqueño debe usar las mejores herramientas de la administración de empresas que le permitan eliminar “la posibilidad de que la empresa sea conducida a la ventura sin más norma que la oportunidad presente, y sin más defensa ante el porvenir, que la audacia, la habilidad o la suerte de su director”.
Una de estas herramientas es el presupuesto, ya que para sobrevivir en medio de la globalización, competitividad y avances tecnológicos espectaculares; la empresa debe administrarse tomando como base los presupuestos; comparando los resultados reales con los planeados y corrigiendo oportunamente las desviaciones; de no hacerlo se puede considerar que esta irremediablemente perdida, como una balsa en medio del mar.
Cuenta Carol Lewis que Alicia llega corriendo a una encrucijada en donde hay un árbol y un gato en una de sus ramas; Alicia le pregunta al gato qué camino debe seguir. ¿A dónde vas? Pregunta el gato. A cualquier parte, contesta Alicia. Entonces toma cualquier camino.
Tomar cualquier camino en estos tiempos violentos y turbulentos puede representar la muerte para la empresa y para el responsable de su administración. Una empresa es creada para generar utilidades suficientes para superar la inflación y permitir la distribución de dividendos superiores a los intereses que generan las inversiones financieras con igual índice de riesgo.
La administración de toda empresa pública o privada necesita planear, coordinar y controlar sus operaciones apoyándose en los presupuestos. Es misión de la administración, crear el futuro de la empresa, visualizar anticipadamente los obstáculos y la forma en que van a ser superados. Aun cuando no tenemos la certeza de lo que va a suceder en el futuro, con los datos del presente, sí podemos razonablemente deducir el porvenir.
Se vive una época de crisis económica; inflación y devaluación son palabras entendidas y aceptadas como parte de nuestra vida diaria. La supervivencia de la empresa, más que nunca, está en juego y es obligación de la administración traducir a información financiera los planes de operación coordinando y controlando los recursos humanos, naturales y de capital con que cuenta.
El empresario crea entidades económicas para seguir invirtiendo, crecer, crear empleos, elevar el volumen de producción, para mejorar la calidad de sus productos, para reducir sus costos y para lograr los objetivos particulares de cada negocio.
El presupuesto es el análisis y la planeación sistemática, de las operaciones de una entidad, expresada en cifras, para la obtención de un resultado es un tiempo preestablecido. La medición de los resultados actuales y pasados, en relación con los esperados, ya sea total o parcialmente, con el fin de corregir, mejorar y formular nuevos planes, constituyen el control, según lo define Maddock.
Los principales presupuestos son: El presupuesto de operación y el presupuesto financiero. El presupuesto de operación y el presupuesto financiero forman un presupuesto integral ya que las cifras de uno repercuten en el otro y viceversa.
La estrategia es reconocer, aceptar y aprovechar el hecho de vivir en uno de los estados más ricos del país usando integralmente las herramientas de la administración como son: la planeación estratégica, mercadotecnia, mejora continua, recursos humanos, certificación para la calidad, programa de calidad, liderazgo, mejoramiento de la productividad, trabajo en equipo y presupuestos.
En mi opinión estos cálculos del porvenir comercial forman un cuadro, en el cual en hombre de negocios ve, además de las necesidades del momento, las necesidades y oportunidades que han de presentarse en el futuro de modo que esté capacitado para actuar no únicamente en vista de los problemas inmediatos sino también en atención a las cuestiones que, transcurrido un lapso más o menos largo, han de plantearse ante la empresa.
Si saben a dónde van, encontraran el camino.

 

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