Memento mori
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Opinión

Columna sin nombre

Memento mori

 


Ahora solo falta que fabriquen splenda morena.
El Mapache Guasón.

En el Imperio Romano era común que a los emperadores y césares los divinizara el pueblo. Por eso se hacían acompañar por un esclavo que cuando los aclamaba el populacho les susurraba al oído: memento mori, lo que traducido libremente al español quiere decir “recuerda que eres mortal”.
Viene a cuento esa historia, para que los candidatos elegidos, todos, recuerden que son mortales y no caigan en la tentación de subirse a la nube.
El que pueda entender que entienda.
Las elecciones del pasado uno de julio dieron un triunfo absoluto a López Obrador, y a cosa del ochenta por ciento de los candidatos de la coalición que formaron los partidos MORENA, PT y PES.
Desde luego hay que felicitar al Peje y recordarle por sobre todas las cosas que adquiere una responsabilidad enorme.
En ese contexto, para mi es claro que estamos ante el nacimiento de un nuevo partido hegemónico sin lugar a dudas, y aunque usted no lo crea amigo lector, querida lectora, nace a imagen y semejanza del PRI del siglo pasado.
El mando en MORENA es vertical con un pontífice en lo alto de la pirámide. Nada se moverá sin su autorización y renacerá el sistema de palomear los nombramientos futuros por mano del hombre que manda.
Ha recibido López Obrador por virtud de la naciente Democracia mexicana, insisto, un mando absoluto solo comparable al que ejercían los presidentes de origen priista de antaño.
La paradoja entre otras, es que un candidato anti sistema, recibe del mismísimo sistema la máxima magistratura mexicana y ocupará en breve la embrujada silla del altiplano.
En Los Pinos espantan pero él no va a vivir allí.
Tan es absoluto el poder que ya ostenta, que tiene su partido mayoría en el Senado, en la Cámara de diputados al Congreso de la Unión y son morenistas más de la mitad de la legislaturas locales.
Entonces no habrá límite ni contrapeso alguno para que lleve a cabo todos los cambios que tiene en mente, incluso podrá iniciar reformas a la Constitución General de la República, en la certeza que serán aprobadas legalmente, claro, gracias a su poder e influencia.
Es deseable entonces que no caiga en el absolutismo y que además de respetar el sistema constitucional mexicano que se le entrega, actúe con mesura y se haga rodear de colaboradores sensatos y con experiencia, para un solo efecto: usar ese poder para servir a México y no servirse de él para beneficio personal.
Por favor medite y no caiga en ocurrencias.
La situación política y los días transcurridos hasta hoy, han sido perfectos, “maravillosos” y en alguna forma, increíbles para el sistema mexicano.
Claro, la bufalada está a la orden del día, la cargada es total y López Obrador debe abrir bien los ojos para evitar excesos dentro de su equipo.
Mis mejores deseos para un buen gobierno.
Estaremos atentos para comentar.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.