Piden cuidar patrimonio y arquitectura de Oaxaca de Juárez
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Piden cuidar patrimonio y arquitectura de Oaxaca de Juárez

Urbanistas, arquitectos y otros expertos apuntan que la hermosa ciudad de Oaxaca que fue fundada hace cientos de años podría desaparecer o ser destruida si continúa el ritmo actual de deterioro


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El mejor homenaje a la ciudad de Oaxaca de Juárez en su 487 aniversario es promover un desarrollo urbano integral, donde además de proteger el Centro Histórico se atienda el crecimiento ordenado de toda la capital.

Revisar y analizar en coordinación con especialistas, la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, con el fin de identificar aquellos aspectos que deban modificarse, actualizarse o modernizarse para armonizarlos con leyes locales que ayuden a conservar nuestro patrimonio.

“Los oaxaqueños tenemos muchos edificios emblemáticos y si los edificios se rehabilitan, al ser humanos se tiene que rehabilitar con un cambio de actitudes, no con hacer caprichos”, establecieron especialistas.

Es necesaria la coordinación de los tres órdenes de gobiernos para conservar nuestros edificios históricos, pues hay en la ciudad 1 mil 200 monumentos catalogados como arquitectura civil y religiosa, en un área de cinco kilómetros cuadrados que comprende el centro histórico.

Así como 247 manzanas que estamos empeñados en conservar, preservar y por supuesto mantener en las mejores condiciones, para que Oaxaca siga siendo un orgullo para México, América y el mundo.

Jorge Bueno Sánchez, Cronista de la Ciudad, llamó a los oaxaqueños a cuidar y salvaguardar esta obra que al paso del tiempo ha sufrido la destrucción debido al crecimiento de la ciudad como al originado por la misma población.

Emplazó a las nuevas autoridades municipales a redoblar esfuerzos para que en conjunto con la misma ciudadanía se cuiden y protejan estos inmuebles históricos, ya que la edificación castiza y española en el aspecto arquitectónico, religioso y civil representa un trabajo de muchas generaciones en las que si la naturaleza se empeñaba en destruir, hombres como Manuel Fernández Fiallo se empeñaban en reconstruir.

Por ello, dijo, la suma de esfuerzos de todos estos oaxaqueños y seres humanos que llegaron a establecerse en la ciudad de Oaxaca es loable, memorable pero sobre todo herencia que debemos compartir a nuestros hijos y siguientes generaciones.

En el marco del 498 aniversario de ser elevada a ciudad, Denisse Arandia Valencia, presidenta del Colegio de Arquitectos del Estado de Oaxaca A.C., recordó que algunos de los criterios que se cumplieron para que el Centro Histórico y la zona de Monte Albán tienen que ver con que Oaxaca fue la primera ciudad establecida en la Nueva España durante el siglo XVI, con manzanas cuadradas de 100 varas españolas, planeada con una plaza central, con un diseño de cuadrícula que es un ejemplo único de planificación urbana.

De ahí el compromiso de preservar, de conservar y de fomentar el patrimonio de la humanidad, “porque no nos corresponde a nosotros solamente cuidarlo, mantenerlo y conservarlo, tenemos la obligación de legarlo a las generaciones que vienen detrás de nosotros”.

Se pronunció por cuidar y proteger nuestro centro histórico, ya que después de tres décadas de la declaración del Centro Histórico de Oaxaca de Juárez y la zona arqueológico de Monte Albán como Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el reto sigue siendo su conservación.

Reconstruir el patrimonio

Esteban Sanjuan Maldonado, director del teatro Macedonio Alcalá, demandó facilidades para poder rehabilitar y reconstruir inmuebles en precarias condiciones antes de que sea demasiado tarde.

Pidió tener un plan, un proyecto integral, de movilidad, de respeto al ciudadano, de medio ambiente, de integración, ya que el Centro Histórico no es el casco viejo, es toda la periferia. Significa la conexión con Monte Albán y hemos descuidado mucho nuestro entorno.
El Centro Histórico requiere un proyecto de ordenamiento integral planeado a 50 años junto con los Valles Centrales, con la intervención de urbanistas y los muchos expertos que hay en Oaxaca, “ya nos dieron el premio, ahora es una responsabilidad, porque al rato la Unesco nos puede hacer observaciones fuertes”.

Consideró que no tiene sentido tener un patrimonio maravilloso y no poder disfrutarlo como es Oaxaca de Juárez, por eso se deben tener facilidades para poder rehabilitar y reconstruir inmuebles en precarias condiciones.

Como ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, las autoridades capitalinas y la ciudadanía tienen que redoblar esfuerzos para proteger el patrimonio edificado y que el Congreso local tiene que hacer su parte, actualizar las leyes que permiten sancionar a quienes incurran en acciones que destruyan los inmuebles históricos, apuntó.

Admitió que lo más difícil, y ese es nuestro reto, es compaginar la vida diaria de las personas con la conservación de los cascos históricos de las ciudades, de ahí el compromiso de preservar, de conservar y de fomentar el patrimonio de la humanidad, “porque no nos corresponde a nosotros solamente cuidarlo, mantenerlo y conservarlo, tenemos la obligación de legarlo a las generaciones que vienen detrás de nosotros”.

Insistió que los oaxaqueños tenemos muchos edificios emblemáticos y si los edificios se rehabilitan, el ser humano se tiene que rehabilitar con un cambio de actitudes, no con hacer caprichos.

Hay muchos edificios que han sufrido graves daños, porque “es la picota, el abandono del ser humano, dejamos que a los edificios del Centro Histórico les crezca la hierba y que truena los muros de adobe”.

Detener las agresiones
Debido a que en las últimas décadas se ha promovido la identificación de nuevas categorías patrimoniales que involucran monumentos, conjuntos y lugares como los paisajes culturales, los itinerarios culturales, el patrimonio moderno y el patrimonio industrial, es necesario acudir a su rescate permanente.

El Patronato Pro-Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax), admitió que ante las constantes agresiones que sufre el patrimonio histórico y cultural del Centro Histórico es necesario adecuar las leyes locales para su protección y sancionar a quienes lo hacen.

Urge contar con un marco legal que regule las intervenciones que se realizan en los inmuebles que son catalogados por los tres niveles de gobierno por su valor histórico y patrimonial.

Legislar en la materia y actualizar las leyes que durante mucho tiempo han sido utilizadas pero que ya no corresponden a la realidad, pues las afectaciones al patrimonio histórico de Oaxaca de Juárez están a la vista y es urgente adoptar medidas para que sigan ocurriendo.

José Márquez Pérez destacó la importancia de rescatar la imagen urbana de la capital y de proteger su patrimonio edificado, sobre todo para reducir los daños a inmuebles que son orgullo de los oaxaqueños, ya que las afectaciones a el Teatro Macedonio Alcalá, el Paraninfo de la UABJO, la Catedral y el Museo de Los Pintores, han tenido como punto de coincidencia la impunidad con la que actúan quienes realizan manifestaciones violentas.

Márquez Pérez explicó que el patrimonio cultural puede estar constituido por aquellos monumentos, conjuntos o lugares con valor universal desde el punto de vista de la historia, el arte o la ciencia.

Rescatar las fuentes

Representantes del sector empresarial también se pronunciaron por acudir al rescate de espacios y monumentos de Oaxaca de Juárez, entre ellas, las fuentes que al paso del tiempo han sufrido un serio deterioro, otras más se han convertido en basureros y pocas son las que actualmente funcionan para disfrute de los oaxaqueños.

Jaime Zorrilla Diego, consejero de la Canaco-Servytur, emplazó a las autoridades municipales a emprender la recuperación de las fuentes en nuestra ciudad y establecer un mecanismo de mantenimiento y rehabilitación con la finalidad de preservarlas y recuperar el objetivo para las cuales fueron construidas.

“La intención es mejorar la imagen urbana de la capital, disfrutar de esta infraestructura que forma parte del paisaje arquitectónico y que representa un lugar tranquilo y agradable para leer, jugar y relajarse. Al mismo tiempo se rescatan los espacios públicos que permitan fomentar el esparcimiento familiar”, dijo.

Existen 49 fuentes pero actualmente funcionan la ubicada en la Alameda del lado norte, las del Llano en el lado sur, frente al teatro Juárez, y La Casona. La instalada en Niños Héroes y en el mercado Cuarto Centenario.

Una más en la calle Trujano, frente a la Iglesia de San Felipe Neri, San Pablo, los Siete Príncipes, San Francisco y Trinidad de las Huertas. En la calzada Porfirio Díaz, Iglesia de Guadalupe, La Cascadita, en el jardín Carbajal y en Labastida, y funciona la fuente de las Ocho Regiones.

La arquitecta Andrea Rosario Amador Esperanza, en su obra Las fuentes públicas de Oaxaca confirmó que se tiene registro seis fuentes del siglo XVIII, 15 del XIX y 28 del XX.

Uno de los principales problemas que enfrentaba la ciudad fue la distribución del agua, a pesar de estar rodeada por los ríos Atoyac y Jalatlaco; y ya que existía la prioridad de abastecer a las casas principales y los conventos, se desarrollaron constantes disputas entre los frailes y la población.

Fray Bartolomé de Larios en el año de 1583, resolvió la problemática al instalar fuentes. Desde entonces, y al menos para Oaxaca, comenzó a transformarse el concepto del agua, de lo sagrado a lo entubado: el agua desviada o almacenada para uso cotidiano, sembradíos y construcciones.