Aumenta en Oaxaca riesgo de desastre
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Aumenta en Oaxaca riesgo de desastre

El desconocimiento de las zonas de riesgo, la contaminación y la falta de políticas adecuadas ante contingencias incrementan las pérdidas materiales y humanas


Si bien no todas las amenazas naturales generan consecuencias devastadoras, una combinación de factores naturales, culturales, sociales y políticos contribuyen a que se originen desastres.

Durante los últimos 20 años, más de 1.35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas.

Además, más de 4 mil millones de personas han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar, o han resultado heridas, lesionadas, o han tenido que recurrir a algún tipo de ayuda de emergencia. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor, y han duplicando sus cifras durante los últimos 40 años.

Otra parte importante se da por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, pero también tsunamis y erupciones volcánicas. Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que estos causan pueden minimizarse; en cambio, la vulnerabilidad social, económica y ambiental pueden exacerbarlos.

En cualquier caso, nadie está a salvo de ser víctima de una catástrofe natural. Por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, desde los campesinos hasta los jefes de estado, desde los banqueros hasta los abogados, desde los meteorólogos hasta los jefes de medios de comunicación.

En el marco del Día Internacional Para la Reducción de Desastres, es necesario considerar que las condiciones geográficas de nuestro país y, particularmente, de nuestra entidad, implican una alta susceptibilidad a la presencia de ciclones, huracanes, cambios bruscos de temperatura (fenómenos que en los últimos años se han acentuado a consecuencia del cambio climático), sismos y movimientos de tierra.

 

Incrementa el riesgo

Heliodoro Díaz Escarraga, titular de Protección Civil en el estado, indicó que existe la vulnerabilidad pero si a eso le sumamos los altos niveles de contaminación, degradación ambiental, desconocimiento de las zonas de mayor riesgo o falta de aplicación de las políticas de uso de suelo y planeación urbana (ordenamiento territorial), el resultado es catastrófico.

En los últimos años se han presentado sequías en 411 municipios, con afectaciones a las actividades agrícolas y ganaderas; ciclones provocando la inundación de núcleos de población de aproximadamente 83 municipios. Posteriormente, los sismos del mes de septiembre, que generaron la pérdida de aproximadamente un centenar de vidas humanas y finalmente, las bajas temperaturas que hasta hace unos días, afectaron a 138 municipios.

Fenómenos como terremotos, huracanes y temperaturas extremas, son impredecibles y escapan al control humano, pero en nuestras manos está establecer las políticas y acciones necesarias, para evitar que éstos fenómenos no culminen en desastres naturales.

La Ley de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos de Desastres para el Estado de Oaxaca, establece al enunciar que la reducción de riesgos contempla entre otras cosas a “…la implementación de medidas de protección del medio ambiente, uso del suelo y planeación urbana…”. Para lograrlo, es indiscutible la necesidad de participación de gobiernos en los tres niveles y sociedad civil en general.

Ante escenario, Marino Hernández Santiago, director de Protección Civil Municipal, insistió en la elaboración de un plan familiar que se debe adaptar a cualquier tipo de emergencia y a las necesidades específicas de cada familia según la cantidad de personas que la integren, además de conocer las características propias del lugar en el que se habita.

El objetivo es actuar con oportunidad y salvaguardar la integridad física y bienes patrimoniales de las personas en caso de emergencia, por ello las capacitaciones constantes tanto a empresas como a instituciones públicas para que con este tipo de cursos adquieran conocimientos, elementos y destrezas para que puedan desarrollar sus programas internos de protección civil, a fin de que sean los primeros respondientes en la contingencia.

Recordó a la población en general que en caso de sismo o cualquier desastre, lo primero que se debe hacer es conservar la calma, pues esto proporcionará las pautas para actuar e identificar cuáles son las rutas de evacuación y cuáles son las zonas de menor peligro.


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