Crónica: Los buenos hábitos legislativos: llegar tarde, chatear y comer
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

La Capital

Crónica: Los buenos hábitos legislativos: llegar tarde, chatear y comer

Entre el chismorreo, los brillantes diputados “sólo voltean para alzar la mano”


Crónica: Los buenos hábitos legislativos: llegar tarde, chatear y comer | El Imparcial de Oaxaca
¿Quién le pone atención al diputado Jesús Romero?

La sesión inicia tres horas después de lo programado, como parte de un hábito en el Congreso local, donde hombres y mujeres no despegan las manos del celular y cuya labor primordial pareciera ser la distracción.

Como en un salón de clases donde no hay un profesor(a) para poner un orden, diputados y diputadas toman fotos, revisan correos, redes sociales, platican, comen y beben, sin importar la lectura de puntos de acuerdo, iniciativas o dictámenes.

Las diputadas Sofía Castro y Mercedes Rojas en ameno diálogo.

Algunos, en medio de aquella charla que dura más de media hora, de pie y de espaldas ante la tribuna, solo voltean para alzar la mano cuando se les pide aprobar algún punto de acuerdo.

Ni el llamado del presidente de la mesa directiva del Congreso local, Jesús Romero López, hace callar a quienes prefieren platicar en medio de la sesión, que duró menos de lo que tardó en iniciar.

Las tres llamadas de atención para poner un orden no son escuchadas. La mayoría de diputadas y diputados mantienen fija la mirada en el celular, mientras continúan las lecturas de algunos puntos de acuerdo que parecen desconocer lo que realizan algunas instituciones cada año.

Empiezan tarde, no escuchan ni ponen atención. Las cuentas de Twitter simulan que sí lo hacen y trabajan en beneficio de una entidad donde la mayoría de sus habitantes vive en la pobreza.

El sueldo mensual de un diputado rebasa los 40 mil pesos, sin contar lo que reciben de la partida de gestión social, asesores y otros rubros que a más de uno incomodaría, si acudieran a una sesión donde el “chismorreo” envuelve el recinto.

Samuel Gurrión, explicando su derrota a la coordinadora del PRI?

Los oídos sordos no parecen incomodar a quienes suben al estrado para exponer sus iniciativas o puntos de acuerdo, porque también harán lo mismo con aquellos que les sigan.

Los sandwiches, botes de agua y cafés son llevados ante los legisladores por mujeres del área de relaciones públicas del Congreso. Algunas diputadas comen con discreción para no exponer el alimento ante los de enfrente o los de a lado, mientras otros no se apenan de pedir otra orden.

Así, en una sesión ordinaria del Congreso local, varios justifican el actuar de los legisladores que llegan tarde y se conducen con indiferencia en el recinto.

Por ahí vemos a las diputadas María de las Nieves García Fernández, Nallely Hernández García, los legisladores Carol Antonio Altamirano, Samuel Gurrión, Juan Iván Mendoza, Sofía Castro, Juan Vera Carrizal y Adriana Atristain, entre otros, en medio de la plática, la comida o el uso constante del celular.

El momento donde todos permanecieron atentos llegó minutos antes de concluir la sesión, cuando el diputado Jesús Romero López hizo uso de la palabra para abordar el tema controversial del Consejo de la Judicatura, donde pidió al Poder judicial no hacer del legislativo una “cancha para dirimir lo que les ha faltado de capacidad para solventar un proceso de reconstrucción del Poder judicial de Oaxaca”.


aa

 

Relacionadas: