Autoridades del distrito urbano de Nueva Zembla, en el extremo norte de Rusia, decretaron hoy el estado de emergencia, luego que 52 osos polares ingresaron al asentamiento de Belushia Gubá, donde ya se encuentran de manera permanente entre seis y 10 ejemplares de la especie.
“Hay casos de comportamiento agresivo de estos animales salvajes: ataques a personas, allanamiento de viviendas y oficinas”, dijo Alexandre Minaiev, jefe adjunto de la administración en un comunicado.
Los expertos consideran que este fenómeno podría estar relacionado con los efectos del cambio climático en las áreas polares, lo que ha obligado a los animales a buscar alimentos más allá de su hábitat, por lo que entran en contacto con la población humana.
Las autoridades locales advirtieron que las medidas tomadas contra los osos han resultado ineficaces, ya que no responden a las señales de luz y ruido, ni a los intentos de las patrullas de mantenerlos alejados de la gente.
Los habitantes de la región afectada tienen prohibido disparar a los osos, debido a que se trata de una especie vulnerable, a punto de encontrarse en peligro de extinción.
“La gente tiene miedo de salir de casa (…) los padres tienen miedo de dejar a sus hijos ir solos a la escuela”, aseguró Minaiev.
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