Para Flor Amargo, la calle es uno de sus escenarios favoritos. Para Luis Adrián, uno de sus mayores temores, el que sin embargo ha superado. Ella, acostumbrada a este y al metro, la gran red de venas de la Ciudad México; él, habituado a ser “el ratón de los teatros”. Esta semana, ese gusto y temor los llevó a cantar nuevamente juntos. Ahora, en el corazón de la ciudad de Oaxaca, en donde las notas y las letras del tema Déjame encontraron respuestas en los asistentes y transeúntes.

Había, como quien paga por ir a un concierto, las personas dispuestas a escucharles; también, quienes cautivadas por la música y sus voces se quedaron hechizadas. Ahí, rodeados de quienes con sus teléfonos celulares grababan y transmitían el concierto, presentaron la canción que desde hace meses idearon para colaborar. Flor amargo como su compositora; Luis Adrián, como el intérprete de la que será su nuevo sencillo.

Ambos se conocieron en el programa La Voz México (2017). “Desde que lo vi, supe que era especial”, recuerda Flor Amargo sobre el cantante al que describe como el más centrado, el que caminaba muy seguro y cuya voz dejó impactados a los demás participantes. “Supe que no iba a haber una mejor voz en México”, dice.

En la competencia, las madres de ambos se conocieron e incluso se convirtieron en amigas antes que ellos siquiera cruzaran palabras. Hoy, ese lazo de amistad los une a ambos y al proyecto que concretan con el tema Déjame, del que preparan el videoclip y su estreno comercial.

“Es una canción que le va a gustar mucho a la gente, con un arreglo que ha estado de moda en muchos artistas y que vale mucho la pena, por lo que dice y el sentimiento, porque no solo puede reflejar lo que vivió Flor, sino a muchas personas”, externa el también llamado tenor de Antequera sobre el tema que interpretaron la tarde del viernes en frente del exconvento de Santo Domingo, en la ciudad de Oaxaca. El que ella creó basada en el abandono de su padre.

Déjame será el nuevo sencillo de Luis Adrián, quien en 2019 compartió la cumbia Cuchillito de palo, muy alejada a su propuesta de ópera. Al tema que logró arrancar sus lágrimas la tarde del viernes, el tenor lo describe como uno que solo Flor puede crear, y que por ello quizá se compara solo con el fallecido Juan Gabriel.

“Ella puede componer tanto música alegre como música que te saque de ti, para transportarte de la alegría a la tristeza, y de la tristeza a la alegría; tiene esa facilidad de mover los corazones con sus canciones y eso la hace única”.

Emma Mayte Carballo Hernández, mejor conocida como Flor Amargo, cuenta que contar para este tema con Luis Adrián es un privilegio, en especial “porque son pocos a los que considero, además de grandes artistas, amigos. Y en este medio casi no encuentras amigos”.

Aunque con proyectos varios y distintos para este año, Flor Amargo y Luis Adrián preparan el estreno del sencillo y la grabación del videoclip, que esperan compartir muy pronto con el público.

La tarde de este viernes, algunos pudieron escuchar el tema mientras caminaban por las calles de la ciudad de Oaxaca, el escenario que los unió por segunda ocasión, y que para ambos representa una conexión especial con las personas.

Tras la actuación, ambos platican de sus conexiones, de su amor por la música y las dificultades en el medio, de las ganas inmensas que han tenido por abandonar sus carreras.

Como artistas cuesta decidir y permanecer, reconoce Luis Adrián, que antes de ser llamado para La voz México, pensaba seriamente en dejar cambiar los micrófonos por una vida como sacerdote. Pero para Flor, esas experiencias también implican el saber que “estés en la cima o no, debes de saber que vales, y que tu don es el poder superior”. Pero que esto no es solo decir y hacer, sino una lucha constante que ella, lejos de seguir el mandato de dejar una huella, ha cambiado por la idea de vivir.

LAS HERIDAS Y EL CANTO EN LA CALLE

Conocida por sus actuaciones en las calles de la Ciudad de México y las del país que visite, Flor Amargo piensa que en la composición lo que importa es tener la valentía de mostrar las heridas, “que la gente conozca tus dolores a través de tu música”. Tal como ella trató de expresar con su tema Tiempo, que contrario a lo que se piensa no la hizo pensando en positivo, sino en su primer ataque de pánico. “Cuando supe lo que era, pensé en qué hacer, y surgió Tiempo”.

Es cuestión de tiempo para que te pase este rato, ahonda la intérprete de Carrusel que con este tema se reconoce como una sobreviviente de la vida y de una carrera en la que ha visto a muchos amigos desistir, e incluso ha enfrentado esas ansias por abandonar su canto y sus instrumentos.
Hace unos cinco años, Flor se alejó de la música, y pensó que jamás volvería. Se rindió. Pero hubo una persona que la alentó a no huir, y entonces se percató que ese escape era por el temor al rechazo. Fue en ese momento cuando se encontró también con unos músicos callejeros. Entre el llanto y la pregunta de si apostar lo último para su demo, así como la viralización de uno de sus videos, se animó a seguir.

Hace unas semanas, Flor fue anunciada como una de las invitadas para el festival Vive Latino. “No tengo una disquera ni dinero atrás, lo único que tengo es este amor loco por la música, inalcanzable, que no se apaga con nada”, externa quien se mira como el Quijote, con cómplices a los que convence y con quienes se gana credibilidad.

Para ella la calle y el metro son sus escenarios favoritos, en donde la gente está porque logró hechizarla. “Cuando está ahí es testigo de tu posición; siento que no soy nada, quien hace las obras es mi poder superior. No sé qué pasa cuando estoy en la calle que empiezo a hacer algo con mis manos, mi mente y mi corazón, me poseo y puedo sentir el olor de Dios”. Por eso, dice, cuando deja de cantar, vuelve a sentir la depresión.
En la calle, ahonda, no vas con expectativas. Lo que sí puede pasar en un teatro, donde los asistentes son ya cómplices. En el ambiente urbano o en los pasillos de del metro sabe que todo puede suceder todo y ella convertirse en actriz. En ese momento se vive la música, cuenta la creadora de una propuesta a la que llama catartic pop.

CANTAR IGUAL PARA UNO O PARA MILES

La primera vez que Flor le propuso cantar en la calle, Luis Adrian tenía un pánico enorme. Él, que ha cantado para miles de personas, en teatros o auditorios, casi siempre iba a la segura, con un escenario que lo separaba del público y en el que solo lograba ver la luz de los reflectores. Y si acaso tenía de cerca a las personas, seguía el consejo de su abuela de imaginarlas como canastos boca abajo.

De repente, cantar a la luz del sol, en la calle, lo llevó a concretar su propia idea de cantar igual para una o miles de personas. Así fue su primera experiencia hace varios meses, con Flor. En esta segunda ocasión, también con ella, dice haber perdido el miedo e incluso volver a enfrentarse así al público.

“Ya hoy (el viernes) me bautizaron también como artista callejero y te juro que lo voy a hacer de nuevo. Ahora me sentí muy cómodo, pude llorar delante de la gente, cuando solamente a lo mejor lo hacía en los teatros. Pude ver los rostros y la alegría con que te cobijan y te pueden apoyar.
En este año, ambos cantantes serán parte de festivales y proyectos, entre ellos el video del tema Déjame.

Flor Amargo se presenta en marzo en el festival Vive Latino; en tanto, Luis Adrián alista nuevas grabaciones para su disco.
En este mes, Luis Adrián ofrece un par de conciertos en Estados Unidos; a ello seguirán actuaciones en Chiapas y Oaxaca.
Como proyecto de ambos, se espera la grabación de un disco, así como la participación en un programa alusivo a las conmemoraciones por la diversidad sexual.