Las entrañas de ROMA
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En Escena

Las entrañas de ROMA

La cinta exigió una delicada y titánica labor de recreación, además del hermetismo del director respecto al guión


Las entrañas de ROMA | El Imparcial de Oaxaca

En Roma, el director mexicano Alfonso Cuarón usa un gran lienzo para contar la historia de una vida que algunos podrían considerar insignificante. La película, una épica personal ambientada en Ciudad de México a principios de la década de los setenta, se enfoca en una joven indígena que es la trabajadora del hogar de una familia blanca de clase media a punto de desintegrarse. Cuarón utiliza una sola casa en una calle cualquiera para abrir todo un universo; además, trabaja a una escala panorámica muchas veces reservada a las historias de guerra, pero con la sensibilidad de quien escribe un diario personal. Es un retrato emotivo y exhaustivo de una vida abatida por fuerzas violentas… y una obra maestra.

Pocos directores cuentan historias a gran escala con tanta sensibilidad como Cuarón, cuyo estilo cinematográfico se ha vuelto más emocionante conforme el realismo expresivo del éxito que lo catapultó a la fama, Y tu mamá también, se ha canalizado en la ostentación contenida de sus películas fantásticas Los niños del hombre y Gravedad. En Roma, ha refinado su estilo aún más al utilizar varias estrategias narrativas, entre ellas el espectáculo cinematográfico. Muchos directores lo usan para retratar sucesos extraordinarios mientras reservan estrategias como el primer plano para expresar la vida interior de un personaje. Esta vez, Cuarón aprovecha la intimidad y la monumentalidad con el fin de expresar la intensidad de la vida cotidiana.

Roma lleva el mismo nombre que una colonia en Ciudad de México donde las familias viven tras portones cerrados con llave y donde las empleadas domésticas, los cocineros y los choferes se mantienen ocupados atendiendo estos hogares. En una de esas casas, Cleo (la revelación Yalitza Aparicio) trabaja para una familia multigeneracional que parece incapaz de vivir sin ella. En la mañana, despierta a los niños; por la noche, los lleva a la cama. Desde cada amanecer y hasta entrada la noche, atiende a la familia y su enorme casa de dos pisos. Sirve la comida, limpia los desechos del perro y lleva la ropa sucia a la azotea, donde lava a la vista de otras empleadas, en otros techos, con sus propias canastas llenas de ropa.

EN CONTRA DE LA NATURALEZA

Una parte cumbre para Roma fue meterse literalmente al mar, para lograr la ambientación que Cuarón deseaba de Tuxpan, Veracruz, el equipo tuvo que ir a Paraíso, Tabasco.

“La escena que tiene la película en la playa es muy compleja técnicamente. La cámara está muy cerca del agua todo el tiempo, es una secuencia que dura muchos minutos y que está filmada con una técnica muy espectacular”, expresa.

Además de las implicaciones que tiene grabar cerca del agua, se sumó tensión porque Aparicio no sabe nadar y el fuerte oleaje que se ve en escena es natural.
“Sí implicó un equipo técnico, una planeación muy sofisticada. Se hizo un estudio del comportamiento de las olas, para saber cómo se iba a comportar en ese punto específico el mar, para poder técnicamente lograr lo que pedía Alfonso”, indica Celis

Otro momento álgido en Roma es cuando ocurre un incendio forestal, escena que fue realizada en La Marqueza. Todos estos fueron retos para Celis y su equipo de producción.

“Tenemos una escena en la que hay fuego en el bosque, fue muy compleja, si te detienes a analizarla hay decenas de actores, niños, gente disfrazada, cientos de extras, esto es un baile espectacular”, finaliza.

DE OAXACA A HOLLYWOOD

A Yalitza Aparicio, la joven que protagoniza Roma, la aclamada película de Alfonso Cuarón, la vida le cambió casi por accidente.

Todo comenzó una mañana hace cerca de tres años, cuando acompañó a su hermana a un casting que hacían en su pueblo, Tlaxiaco, una localidad de apenas 40 mil habitantes en el noroeste de Oaxaca.

Un grupo de desconocidos había llegado allí para buscar potenciales actrices, pero nadie sabía en qué consistía el proyecto, de qué trataba la película o quién sería el director.

Era tal el misterio que muchos en el pueblo, incluso, pensaron que podría ser un caso de trata de mujeres.

Pese a las dudas, Aparicio fue finalmente para acompañar a su hermana, Edith, que siempre se sintió atraída por la actuación, pero que, por aquel entonces, apenas podía caminar por su embarazo a término.

Al llegar, la hermana se indispuso y le pidió que, en su lugar, entrara ella al casting para que le contara al menos en qué consistía.

Yalitza lo hizo y poco después recibió la noticia: su suerte estaba echada y había sido elegida para protagonizar la película.

El propio Cuarón contó después que desde que la vio supo que era la persona indicada para encarnar a “Libo” (Liboria Rodríguez), su nana oaxaqueña cuya vida y azares inspira la trama de la película.

Según ha contado Yalitza, no fue algo que quisiera o esperara: simplemente pasó.

La otra joven es Nancy García, amiga de Yalitza desde hace 6 años y la responsable de enseñarle mixteco, lengua que se utiliza en algunas partes del filme. En la cinta, Nancy interpréta a Adela, la compañera de Cleo, el personaje intepretado por Aparicio.

 

GRABACIÓN CRONOLÓGICA

A diferencia de la mayoría de las producciones fílmicas, Roma se realizó de manera cronológica, lo que es raro que suceda, ya que para hacer eficiente el tiempo, todo se registra con base en la disponibilidad de las locaciones.

“Es algo que no se hace nunca, filmar la película en orden, como van las escenas, y como no conocíamos el guion, porque Alfonso lo tenía, pero no nos lo compartió ni a los actores ni al equipo, pues era muy difícil saber toda la historia completa”, dice el productor de la cinta Nicolás Celis.

Para poder encontrar todos los sitios donde Cuarón quería grabar su película, se inició desde un año antes el trabajo de preproducción. El cineasta privilegió el tiempo, sacrificando un mayor presupuesto y teniendo dificultades distintas a las ordinarias

“Esto implicaba que íbamos y veníamos, de acuerdo a la historia; de cierta forma, fue más complejo, porque toma más tiempo y demás, pero creo que fue un lujo poder hacerlo”, se sincera Celis.

Hilvanar esas secuencias resulta natural al apreciar Roma. Una ventaja fue que todo lo capturado se hizo en cine digital, utilizando cámaras ARRI Alexa 65, en formato de 70mm en blanco y negro.