Grave daño al Amazonas y peligro para el entorno mundial, tras incendios en Brasil
El Amazonas produce 20 por ciento del oxígeno de la atmósfera terrestre. Debido a esta última función es que se considera de vital importancia los esfuerzos actuales para frenar el calentamiento global.
La selva del Amazonas, Brasil, se está quemando a una velocidad escalofriante y es que por minuto se consume un aproximado de estadio y medio de futbol.
Lo peor de todo es que el incendio lleva más de una semana activo y el presidente, Jair Bolsorano, no ha tomado las medidas adecuadas para terminar con los incendios.
Las redes sociales se llenan, por segundo, de miles de denuncias de usuarios alarmados por la gravedad ambiental del asunto y de críticas contra la política ambiental del presidente brasileño.
El drama por el incendio
Esta catástrofe, provocada según los expertos por la deforestación y la temporada seca, afecta a 5.5 millones de kilómetros cuadrados que albergan una cuarta parte de las especies de la Tierra, es decir, 30 mil tipos de plantas, 2 mil 500 especies de peces, mil 500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2.5 millones de insectos, según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
El catastrófico desenlace del Amazonas
Las consecuencias serán graves para la flora, fauna y las poblaciones que viven en la zona y tendrá que pasar muchos años para que se recupere la biodiversidad.
“De entrada se pierde diversidad biológica y la función de la selva, la de abastecer a la atmósfera de nubes para producir lluvia. Pero además la humareda sobre las ciudades de la Amazonía deja graves consecuencias para la salud, con graves problemas respiratorios. Y eso se traduce en daños económicos”, explicó a la agencia AFP Paulo Moutinho, investigador del IPAM, un organismo de investigación amazónico.
El daño en los árboles, que perderán sus hojas, hará que “haya más sol entrando en la selva, lo que provoca que esa vegetación se vuelva más inflamable”.
El Gobierno brasileño atribuye los incendios a una sequía fuera de lo común en estas regiones amazónicas e incluso su presidente, Jair Bolsonaro, ha llegado a culpar de esta catástrofe a las ONG, sin especificar alguna.
No solo se trata del Amazonas
Las organizaciones sociales consideran que los incendios han sido provocados deliberadamente para luego aprovechar esas tierras para minería o agricultura extensiva, altamente promovidas por el ultraderechista Bolsonaro.
Esas políticas han provocado que se congelen parcialmente los fondos para conservar la Amazonía que anualmente destinan Alemania y Noruega, los dos países que por ahora más apoyan la protección del gran pulmón verde del planeta.
De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Especiales (INPE) de Brasil, en el lapso de ocho meses se han registrado 72 mil 843 focos de incendios forestales; es decir, un aumento de 83 por ciento comparado con 2018.
Apagar el incendio; cosa de vida o muerte
La selva Amazonas también conocida como los pulmones de la tierra, es la selva tropical más grande del planeta y el sitio en el que se encuentran al menos una de cada diez especies conocidas en la Tierra.
Por si no fuera poco, el Amazonas produce 20 por ciento del oxígeno de la atmósfera terrestre. Debido a esta última función es que se considera de vital importancia los esfuerzos actuales para frenar el calentamiento global.