Dos libros de Oaxaca
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OAXACA EN EL CENTENARIO: ANDRÉS PORTILLO


Dos libros de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Ahora recordaremos a una obra histórica y una poética; una llegó a mí por regalo y otra por una afortunada compra, los libros oaxaqueños son interesantes por lo raros que pueden llegar a ser, e interesantes porque en su mayoría se tiran pocos ejemplares y la escasez llega a ellos:
OAXACA EN EL CENTENARIO: ANDRÉS PORTILLO
A lo largo de la misma historia, el pasado de la ciudad de Oaxaca ha sido tema de múltiples trabajos de investigación, crónicas y libros que recopilan lo ocurrido en este valle de Huaxyacac. Precisamente, una de las obras que se ha convertido en una institución referente en cuanto a historia local es: Oaxaca en el centenario de la independencia nacional.
Su autor Andrés Portillo Abascal, destacado compilador, orador y poeta que nació en la ciudad de Oaxaca cuando el calendario gregoriano marcaba 1849, desde niño recibió la mejor educación por parte de sus padres que lo instruyeron en la moral y los libros, con lo que logró a los nueve años ingresar como alumno interno al seminario.
Lo anterior le permitió instruirse en el estudio de la gramática latina y la filosofía, además de tener contacto con el presbítero José Antonio Gay Castañeda, autor del libro La historia de Oaxaca que es considerado la biblia histórica de esta ciudad; no obstante, la falta de vocación sacerdotal lo obligó a abandonar el seminario.
Buscó estudiar las ciencias de la salud; sin embargo, la intervención francesa y los cambios políticos que vivía el país se lo impidieron por lo que optó por dedicarse a la actividad mercantil, lo cual lo llevó a poseer uno de los caudales más abundantes de la ciudad. Fue un hombre culto que en 1899 publicó La hija del cielo, poemario dedicado a analizar por medio del sexto arte el papel de la mujer y su destino el mundo.
A finales del siglo XIX comienza a trabajar en la compilación de los textos, mapas y documentos que integrarían la que sería su mayor obra Oaxaca en el centenario de la independencia nacional, cuya primera edición se terminó de imprimir en 1910 en la imprenta del estado ubicada en la 2da calle de Murguía número 9 la cual estaba a cargo del C. Hipólito Santaella, es interesante mencionar que el libro se publicó con la siguiente inscripción “Noticias históricas y estadísticas de la ciudad de Oaxaca y algunas leyendas recogidas por Andrés Portillo” además de una expresa dedicatoria “Al Sr. presidente la República General D. Porfirio Díaz y al Sr. Gobernador, Lic. Emilio Pimentel”.
Se desconoce el tiraje de la primera edición, pero al ser un libro que rebasa el millar de páginas, se estima este haya sido escasa, han pasado 109 años de la publicación de esta joya bibliográfica y se han impreso otras dos ediciones facsimilares, la primera en 1998 y la más reciente en 2001, ambas subsidiadas por el Ayuntamiento en turno, tomando como original la versión conservada por el Lic. Luis Castañeda Guzmán.
La obra poética de Antonio Castillo Merino
La vida de un poeta pasa muchas veces desapercibida no obstante sus creaciones son motivo de alegría, paz, añoranza o tristeza, con sus poemas el lector vuela y se envuelve en cada uno de los versos que transita con calma entre las rimas.
Hace unos meses el Sr. Fernando Castillo Menéndez me obsequió un ejemplar de su libro La historia de un poeta 1896-1927 una biografía de su tío abuelo Antonio Castillo Merino destacado poeta y personaje de la prensa oaxaqueña, al hojear el pequeño libro de 75 páginas pude apreciar los textos del destacado poeta de origen poblano.

“Sobre su piedra vieja y carcomida que guarda los despojos de un poeta abre su seno cual inmensa herida una profunda y misteriosa grieta

Nadie llega hasta la tumba aquella… todo es silencio, soledad y olvido; ni una lagrima allí dejo su huella ni los sauces columpian ningún nido…”

Lo anterior es un fragmento del poema titulado La tumba del poeta, aquí podemos ver con magnificencia la calidad literaria de Castillo Merino quien fue el cuarto de seis hermanos y desde muy niño debido a la actividad comercial de su padre, llego a la mixteca oaxaqueña, a corta edad queda huérfano de madre por lo que en 1902 contando con tan solo 6 años es trasladado a la ciudad de Oaxaca.
Aquí estudia en el Colegio del Espíritu Santo, para años después ingresar al Instituto de Ciencias y Artes el 8 de enero de 1908, estudio derecho, sin embargo las letras y la poesía están siempre presentes en su vida.
En 1919, debuta como periodista, aunque desde los 10 años según los registros ya era reconocido en la escuela como un futuro talento literario, en 1921 gana los primeros juegos florares convocados por el instituto, por su texto titulado La epopeya de las águilas del que se rescatan los siguientes versos “Hay Plumajes que cruzan el pantano/y no se manchan… ¡Mi plumaje es de esos!”, esa valentía que lo caracterizo siempre, lo llevó a apoyar la candidatura de José Vasconcelos por la gubernatura de Oaxaca, acción que lo obligaría a huir y refugiarse en Tehuacán territorio en el que fue reconocido y realizo buena parte de su obra, es reconocido a nivel nacional por haber realizado el semanario cultural IRIS que publicó la producción literaria de los jóvenes creadores de la época.