Percepciones lineales, Manuel Miguel reflexiona sobre la materia
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Arte y Cultura

Percepciones lineales, Manuel Miguel reflexiona sobre la materia

Cómo el tiempo traza la vida sobre la muerte o qué parte de la muerte lleva en sí la vida, los trazos de este artista indagan sobre estas cuestiones.


Percepciones lineales, Manuel Miguel reflexiona sobre la materia | El Imparcial de Oaxaca

Dos colibríes junto a un cráneo, uno a cada lado. Es la vida junto a la muerte. Es una obra de Manuel Miguel expuesta en el Centro Cultural Universitario de la UABJO como parte de la exposición Percepciones lineales que funciona como retrospectiva del trabajo que este artista oriundo de Teocuicuilco de Marcos Pérez, Sierra Norte, ha realizado en los últimos seis años.

Miguel mira cómo el tiempo traza un cráneo, son líneas multicolor, tenues en color, firmes en el trazo. Los trazos son el tiempo sobre el plano final, es un lienzo que muestra cómo se traza la muerte, cómo cada línea significa un tiempo, un segundo, un minuto, un día, un instante o un momento que se coloca sobre aquello que solo en apariencia es el fin. Los colibríes, explica, representan la esperanza. Toman algo de vida y la llevan a otro lado.

“Es la representación del tejido de la vida al infinito, es la estructura de la vida que carga la muerte o la muerte dentro de una vida, los colibríes son esperanza, de llevar mensajes de la realidad y de la subjetividad del ser humano”, explica el artista.

Sobre Percepciones lineales, que además de una decena de obras de mediano y gran formato muestra esculturas de metal y de cerámica de alta temperatura, Manuel explica: “Hay cuadros de diferentes etapas, lo más reciente que estoy haciendo de mi trabajo son las expresiones lineales a partir de la materia. Los cráneos es un tema que he venido trabajando cada año, por la tradición, desde el Día de Muertos, en la exposición está presente también el tema del agave, el tema de los encuentros casuales, no solo entre amantes”.

Consciencia sobre la explotación

La materia de las esculturas de Miguel proviene del reciclaje, una preocupación que surge de observar cómo la naturaleza se consume, se transforma, se altera, disminuye y queda hecha añicos. La utilización de la naturaleza es una disyuntiva que resuelve solo el ser humano. De un árbol que tarda 50 años en crecer podemos hacer un lápiz que será tirado en cinco minutos o que será utilizado, como hace Miguel, para pintar bocetos de lo que será una obra de arte.

“A veces no lo vemos, pero al talar un árbol, de talamontes al aserradero ya se desperdició un porcentaje del árbol, del aserradero a la maderería, otro porcentaje, de la maderería al carpintero otro porcentaje, al final, de un árbol utilizamos quizá un 40%, la idea es despertar la consciencia del espectador para aprovechar el material al 100% si se explota, es nuestro granito de arena que aportamos, tratar de despertar esa consciencia”, asegura.

El tema del reciclaje ha llevado a Manuel a diversas latitudes del estado. Hace unas semanas montó un contenedor en forma de perro sobre el río Los Perros, en Tehuantepec, el cual fue llenado con botellas de pet que fueron tiradas sobre este afluente. El mensaje es claro. Eso con lo que tú construyes la contaminación que nos asfixia día a día se puede volver arte. Este arte muestra a su vez los desechos que has generado y que no has sido capaz de asumir.