“No se trata de mi persona, se trata del derecho de poder participar, de abrir las oportunidades” y con ello “poder competir con los grandes”, refiere el arquitecto oaxaqueño Juan Manuel Castellanos, quien niega que el Gobierno del Estado haya considerado a profesionales de la entidad para el proyecto del Centro Cultural Álvaro Carrillo, como informó la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.

“No queremos nada a modo”, sino la oportunidad de participar, apunta el expresidente del Colegio de Arquitectos del Estado de Oaxaca, quien explica que desde diciembre de 2017 pidió al gobernador del estado, Alejandro Murat, la oportunidad de que él o profesionales de Oaxaca presentaran alguna propuesta.

Este jueves, la titular de la Seculta, Adriana Aguilar, dio a conocer a los ganadores del Anteproyecto Conceptual Arquitectónico del Centro Cultural Álvaro Carrillo (CCAC). De entre los siete despachos que presentaron sus propuestas, “el jurado calificador determinó por unanimidad el anteproyecto conceptual realizado por el consorcio integrado por los despachos: Taller Rocha-Carrillo, de Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo; Tatiana Bilbao Estudio, de Tatiana Bilbao, y TAX, de Alberto Kalach”. Para el centro, la dependencia ha informado un presupuesto de 480 millones de pesos.

Este viernes, Castellanos reiteró que nunca se consideró a los profesionales oaxaqueños, incluido él, quien en reiteradas ocasiones solicitó la oportunidad y los requisitos para presentar la propuesta en la que ha trabajado un año.

De parte del gobernador, refiere, hubo diálogos en 2017, y en ese entonces el mandatario compartió con los arquitectos de Oaxaca la posibilidad de ser parte de alguno de los proyectos de su administración.

“Ninguno de los miembros del colegio trató de participar directamente en el centro cultural porque hemos tenido muy mala experiencia en el sentido de que no somos invitados o nos dicen, pero de alguna manera no somos considerados de manera oficial”, recuerda de aquella ocasión.

Sin embargo, explica que de manera particular él tomó “en serio el comentario del gobernador, para que no hubiera justificación de que de Oaxaca no hubo respuesta”.

A partir de ello trabajó en una idea muy general, incluso luego de que se mencionara que el gobernador dijera que se iba a invitar a arquitectos de renombre. “Su idea no era mala”, expone Castellanos, quien le comentó que los arquitectos de Oaxaca también estaban en condiciones para presentar una idea a la altura. Pero, aclara, “nunca hubo una invitación formal”.

“No fuimos invitados de ninguna forma oficial. Y si es así, que muestren las invitaciones que nos hicieron y la declinación de participar”.

Ignacio Toscano, director del proyecto del Centro Cultural Álvaro Carrillo, ha explicado que el proceso se ha realizado “con transparencia y apego total al marco legal”. Con él, Castellanos expone que hubo algunos acercamientos, pero que este le sugirió sumarse a algún proyecto de los despachos invitados, a fin de incluir sus ideas en ellos.

Asimismo, que tiempo después Ignacio Toscano le llevó la invitación junto con la declinación de la misma, para que Castellanos firmara a su nombre y del colegio que representó.

UN PROYECTO QUE ENGLOBA A OAXACA

Aunque no fue mencionado entre los participantes para el proyecto, Juan Manuel Castellanos desarrolló una propuesta en la que engloba varios aspectos de las culturas del estado.

“Nunca desistí de la posibilidad de poder presentar el proyecto. Aquí están mis láminas, la maqueta y el video del recorrido. Tengo también la justificación conceptual del proyecto”, señala el autor de la propuesta en que se buscó demostrar que la arquitectura contemporánea (concreto, acero, cristal) puede convivir y relacionarse armónicamente con los sistemas tradicionales (como el adobe o el bajareque, y llevar al mismo tiempo los colores de las tierras de Oaxaca).

En su proyecto se respeta el Monumento a la Madre, que incluso se une con la explanada del centro cultural. Asimismo, los colores terrosos se incluyen en parte de la estructura de acceso al inmueble. Las plazoletas contempladas tendrían nombres de distritos del estado, como una forma de integrar a los 570 municipios del estado.

Las formas triangulares aluden a las pencas del mezcal, en alusión a la bebida que ha dado reconocimiento al estado.

“Respetamos mucho la arquitectura prehispánica”, pero a través de una reinterpretación. Ello permitió generar un espacio de triple altura y un techo con figuras de papalotes que dejan ver el “cielo azul de Oaxaca”.