Adioses y réquiem suenan con la Sinfónica de Oaxaca
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Adioses y réquiem suenan con la Sinfónica de Oaxaca

En el tercer programa de la temporada, la orquesta es acompañada por el coro Maurice Ravel


Adioses y réquiem suenan con la Sinfónica de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

La Sinfonía 45 del austriaco Franz Joseph Haydn, conocida como Sinfonía de los adioses, será interpretada este fin de semana por la Orquesta Sinfónica de Oaxaca. Como esta, otra pieza del tercer programa de la temporada es Réquiem op 48, del compositor francés Gabriel Fauré.

Con dos recitales, la agrupación que dirige Eliseo Martínez García, actuará en el Teatro Macedonio Alcalá. Primero, el viernes 5, a las 20 horas, y el domingo 7, a mediodía. Y al igual que en noviembre del año pasado, la orquesta tendrá como invitado al coro Maurice Ravel, que dirigirá el músico Pierre-Arnaud Le Guérinel.

Como solitas invitados estarán la soprano Alejandra Esqueda y el bajo barítono Felipe Olmedo Espinosa.

Bajo la dirección de Eliseo Martínez, la orquesta e invitados interpretarán una de las piezas más emblemáticas de Haydn (1732-1809), quien creara más de un centenar de temas. La Sinfonía 45 destaca por ser una obra que lleva implícita una anécdota sobre su composición, hecha en 1772. La sinfonía se estrenó con Haydn en la batuta, en ese mismo año, y recrea la inconformidad de los músicos de la corte del príncipe Nijolaus, de la corte de Esterházy (en Austria).

La pieza es la respuesta de Haydn a la petición de sus compañeros, quienes anhelaban dejar el palacio Eszterháza para volver al Eisenstadt, pues en este último podían estar con sus familias. Como si se tratara de una despedida, la pieza tiene un final termina poco a poco, y no con un súbito final como suele ocurrir con otras sinfonías.

El réquiem, que usualmente se considera una misa para difuntos, cobra un nuevo significado por parte de Gabriel Fauré, quien crea su propia versión, pero con un tinte conciliatorio con la muerte.

“Se ha dicho que no expresaba el horror de la muerte, y algunos lo han denominado canción de cuna de la muerte. Pero es así como yo siento la muerte: como una liberación dichosa, una aspiración a la felicidad del más allá, mucho más que como un tránsito doloroso”, señalaba el autor en 1902 sobre el tema estrenado en 1888, en un funeral “el alma de Joseph Le Sougaché, y dirigido por el mismo autor.

Este viernes, el público podrá escuchar estas piezas icónicas de sus creadores, en dos recitales de acceso libre y gratuito, para lo cual se entregan pases de cortesía en el Teatro Macedonio Alcalá.