Muere el pintor Eduardo Arroyo

El pintor y escultor español Eduardo Arroyo, uno de los máximos exponentes de la llamada “figuración narrativa”, murió ayer en Madrid a los 81 años, confirmaron fuente familiares.

Arroyo (Madrid, 1937) se exilió voluntariamente en París en 1958, donde permaneció hasta la llegada de la democracia a España a finales de los años setenta.

En la capital francesa comenzó su actividad como pintor, además de dedicarse al periodismo. Allí conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un papel importante dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa.

Como pintor expuso regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América. Sin embargo, en España fue prácticamente desconocido durante años.

Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura. Años después, al ser nombrado comisario de la Bienal de Valencia, fue detenido en esta ciudad.
Ya en democracia, en España realizó diversas muestras, como la antológica de 1982 en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Premio Nacional de Artes Plásticas 1982 en España, era caballero de las Artes y de las Letras, nombrado por el Gobierno francés.

Eduardo Arroyo era un artista autodidacta y uno de los máximos exponentes de la llamada “figuración narrativa”, que en la década de los sesenta del siglo XX quiso irrumpir en la discusión entre abstracción y figuración.

Entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre de 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos cincuenta años de su vida.

Compaginó a lo largo de su carrera varias actividades artísticas, como la pintura, la escultura y la escenografía.

Además, nunca abandonó su vocación literaria y como escritor publicó en 1974 Treinta y cinco años después, denuncia contra el régimen franquista. En 1986 estrenó en Munich su primer drama, Bantam.