Cuando la apropiación afecta a los artesanos
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Arte y Cultura

Cuando la apropiación afecta a los artesanos

La carencia de un intercambio genuino lleva a plantear la necesidad de mejores relaciones entre artesanos y diseñadores


“El diseño tiene la posibilidad de revitalizar las tradiciones artesanales para crear piezas únicas y atractivas para un mercado y una cultura global”. El planteamiento de la exposición “Ser para generar. Diálogos de transformación” también va acompañado por otro, en el que refiere que si bien puede haber colaboraciones benéficas entre artesanos y diseñadores, también hay una apropiación cultural en la que se carece de un intercambio genuino.

Hay quien señala, como Aarón Mejía, que la apropiación cultural se da en dos direcciones: tanto de la comunidad de artesanos como de terceros, es decir, personas ajenas a estas culturas. Tal es el caso de algún alfarero que retoma la imagen de Frida Kahlo o de los Beatles para lograr una mejor comercialización de sus piezas. O el de un diseñador que utiliza elementos de los textiles de alguna comunidad para dar otro valor a sus prendas.

“No es nada más que las empresas trasnacionales o los diseñadores usurpen, roben o se apropien de elementos de la cultura tradicional para sacar beneficios económicos. Esta interacción se da de ida y vuelta”, señala Mejía.

Sin embargo, explica el titular de la Dirección de Cultural Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, esta relación es dispareja, pues aunque los artesanos retoman elementos de otros grupos culturales, “es apabullante o es mucho más fuerte la apropiación que se hace por empresas de los conocimientos tradicionales, de los elementos culturales, del patrimonio cultural inmaterial que se hace para comercializar”.

En ese contexto, la exposición que alberga el Centro Cultural San Pablo invita a reflexionar sobre el comercio justo, a través de la valoración del trabajo artesanal, como el que se desarrolla en Taller Maya, una organización que se desprende de la Fundación Haciendas del Mundo Maya.

La muestra, hecha en colaboración con esta última, comparte las piezas realizadas por maestros artesanos, con miras a la apertura de “una plataforma para ingresar al mercado global y abatir la pobreza, generando micro empresas en cada familia de artesanos”.

En las salas del Centro Cultural San Pablo (Hidalgo 907, Centro), hay joyería, bolsos, hamacas y demás productos elaborados por los artesanos de Taller Maya, un proyecto que colabora con 42 talleres (mismos que a su vez suman a 400 artesanos). Las piezas representan la labor de quienes se guían por el lema de “autenticidad, esencia y diseño” y mantienen técnicas tradicionales en el tratamiento del henequén, la sansevieria, madera, crema maya, cuerno, palma y jipi japa.

La exposición también busca sensibilizar “a los visitantes en la importancia de la conservación de nuestras tradiciones a través del diseño, la valoración de los productos hechos a mano de manera sustentable y el reconocimiento del talento artesanal”.

El trabajo en conjunto, el reconocimiento del talento y las tradiciones locales, el pago justo, la formalidad, el acompañamiento administrativo, entre otros puntos son los que resalta la exposición, como pautas para hacer de la co-creación o colaboración entre artesanos y diseñadores instrumentos benéficos para ambas partes.