CAI séptima edición: Triunfos comunitarios, deudas oficiales
Pese a la negativa de la Seculta a financiar el proyecto de educación artística que se realiza en la Sierra Norte, el encuentro entre cineastas, guionistas, documentalistas y estudiantes fue un éxito
Alegrías y deshonras. Mientras el Campamento Audiovisual Itinerante llevaba a San Juan Evangelista Analco a maestros del cine nacional como María Novaro, ganadora del Ariel y seleccionada por Andrés Manuel López Obrador como próxima titular del Instituto Mexicano de Cinematografía, para convivir con 45 estudiantes, entre ellos niños indígenas de la Sierra Norte, la Secretaría de las Culturas y Artes continúa sin entregar el apoyo financiero comprometido con este proyecto.
Desde 2017, el encargado de despacho de la Seculta, Ignacio Toscano, mantiene un adeudo por 200 mil pesos con los organizadores de este proyecto que en siete años ha facilitado el acceso a la educación artística de al menos 450 jóvenes mexicanos, la mitad de ellos oaxaqueños.
“Para nosotros es muy importante reconocer el trabajo que hace la sociedad civil para desarrollar proyectos de educación, en este caso educación cinematográfica, pero también queremos recordar que es obligación del Estado, el derecho a la educación artística, el acceso a la educación, un proyecto como el Campamento permite el acceso a la educación cinematográfica de forma gratuita para jóvenes, hombres y mujeres, que difícilmente podrían acceder a una educación que sigue siendo muy elitista”, agregó la coordinadora del campamento Luna Marán.
“La Secretaría de Cultura tiene la obligación de apoyar a los proyectos oaxaqueños y no rezagarlos, se debe dejar claro el hecho de que en cualquier institución no se hagan los pagos a tiempo se está generando una violencia económica, con toda la sociedad civil que está teniendo en sus espaldas la responsabilidad de resolver cosas que son obligación del Estado”, agregó.
El CAI en su séptima edición concluyó con la producción de cinco cortometrajes comunitarios en San Juan Evangelista Analco, un municipio de la Sierra Norte con menos de 500 habitantes reconocido mundialmente por el papel en la conservación de sus bosques.
En esta ocasión, el Campamento contó con 45 maestros entre los que destacan el guionista Jorge Pérez Solano y el cineasta Alejandro Gerber. También participaron el documentalista Roberto Olivares y la fotógrafa Eva Lépiz, entre otros maestros.
En el Campamento participaron 45 estudiantes, 10 en el taller de animación, 10 en actuación, 25 en ficción, 10 en crítica cinematográfica y 30 de la comunidad de Analco.
Desde la forma de compartir un pan y la lucha contra los mexicas en la defensa del territorio zapoteca de la Sierra Norte son algunos de los elementos que retratan los cortometrajes realizados en esta séptima edición.
Desde hace siete años el CAI ha preparado a 450 jóvenes estudiantes de cinematografía con la intención de generar una visión comunitaria de esta labor. En este proyecto que se ha realizado en diversos municipios de la Sierra Norte han participado estudiantes que posteriormente han tenido logros a nivel nacional e internacional, como Isis Alejandra Ahumada y Nelson Omar Aldape, creadores de Tecuani, hombre jaguar, documental nominado al Ariel 2018.
A pesar de los logros que ha generado el Campamento Audiovisual, desde 2017 ha sido uno de los proyectos a los que la Secretaría de Culturas y Artes de Oaxaca les ha negado recursos para su financiamiento.
A pesar de que el encargado de despacho, Ignacio Toscano, se comprometió a entregar un apoyo financiero de 200 mil pesos en la sexta edición, más de un año después, a pesar de haber justificación la utilización de los recursos, las facturas no han sido saldadas.
“Por qué el campamento no podría ser uno de los proyectos que pudieran ser beneficiados, cuando el dinero que se le pide es como un diez por ciento del valor del proyecto, habiendo tantos apoyos en especie ese 10 por ciento es muy significativo”, expresó.
El CAI logró financiamiento a través de diversas instancias nacionales, como el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el programa de de donativos de IMCINE, e internacionales, particularmente del País Vasco.
“La comunidad pone su apoyo en especie, los maestros ponen su apoyo en talleres, en especie, hay una parte que se necesita en efectivo y este proceso ha sido muy difícil, hemos encontrado muchísimo más apoyo afuera que adentro siendo un proyecto que ha sido reconocido a nivel nacional e internacional y ha sido replicado en otros países”, señalaron los organizadores.
