"Congelación Social": La estrategia de muchas mujeres para desafiar el reloj biológico
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“Congelación Social”: La estrategia de muchas mujeres para desafiar el reloj biológico

El panorama en la reproducción está cambiando


“Congelación Social”: La estrategia de muchas mujeres para desafiar el reloj biológico | El Imparcial de Oaxaca

Muchas mujeres están optando por congelar sus óvulos como respuesta a la presión de su reloj biológico, las demandas profesionales, la ausencia de la pareja adecuada, entre otros factores. La “congelación social” se presenta como una solución prometedora, aunque no exenta de desafíos.

A medida que las mujeres llegan a sus 30 años, comienzan a enfrentar la realidad del envejecimiento de sus óvulos. La reserva de estos disminuye con el tiempo, y con ello, la calidad y la capacidad de generar una concepción saludable. La meiosis, un proceso esencial para la maduración de los óvulos, es propensa a errores a medida que avanza la edad, lo que lleva a complicaciones en el embarazo o a la infertilidad.

En respuesta a esta limitación biológica, la congelación de óvulos ha surgido como una opción. Si bien originalmente la criopreservación de óvulos estaba destinada para casos médicos, como el cáncer, la congelación social se refiere a su uso sin una necesidad médica perentoria. Ginecólogas como Janna Pape y Sibil Tschudin mencionan que la principal motivación detrás de este procedimiento es la falta de una pareja estable en la vida de la mujer.

El proceso de congelación no es sencillo. Requiere tratamientos hormonales que pueden generar efectos secundarios. Una vez que los óvulos maduran, son extraídos y vitrificados con nitrógeno a temperaturas extremadamente bajas para su conservación. Estos procedimientos, que en Alemania tienen un costo que varía entre 2000 y 4000 euros, más un mantenimiento anual y el costo de una fecundación in vitro, no son cubiertos por seguros médicos debido a su naturaleza no esencial.

Sin embargo, invertir en la congelación social no garantiza un embarazo futuro. El éxito tras la fecundación de óvulos crioconservados ronda solo el 10%. Además, muchos de los óvulos congelados terminan sin ser usados. Un estudio de 2017 señala que esto sucede, en gran medida, porque muchas mujeres aún no encuentran al compañero adecuado y deciden no aventurarse en la maternidad en solitario.

La “congelación social” ofrece una oportunidad para muchas mujeres que desean posponer la maternidad, pero es fundamental abordarla con una comprensión clara de sus posibilidades y limitaciones.