Paul Lara Pérez, mejor conocido en el pancracio como el luchador exótico Rasputín, se ha internacionalizado recorriendo ya Europa y parte del continente americano, dejando la puerta abierta para las nuevas generaciones de pancraciastas oaxaqueños.
No es casualidad. Lleva varios años de preparación, mucho sudor y sacrificio. Hace poco tiempo, gracias a su estilo, picardía y carisma con el que se desenvuelve sobre el ring, ha conseguido ser uno de los consentidos de la afición.
En entrevista para EL IMPARCIAL, el luchador dijo que el año 2024 ha sido de mucha actividad para la lucha libre oaxaqueña: “Inicié en Ecuador, de ahí en Colombia; en Europa estuve en Barcelona y Portugal; regresé a Costa Rica, donde gané la Copa México enfrentando a luchadores de Estados Unidos y de esa nación de Centroamérica, todos ellos con mucha calidad”.
Agregó que ahora se alista para viajar a la zona más austral del continente: Punta Arena, en Chile, esto gracias a la invitación del Instituto Nacional del Deporte de esa nación, que le ha dado todas las facilidades para realizar el viaje.

Sin embargo, dijo, todo requiere de mantenerse entrenando y trabajando arduamente, para cumplir en las arenas en donde nos invitan, siempre llevando el estilo de la lucha que caracteriza mi personaje; además, del llaveo y contra llaveo, el uso de las cuerdas y las acrobacias en el ring.
No es sólo el trabajo físico, ni técnico, también es necesario el mental para alcanzar los objetivos.
“La verdad es que a México lo aprecian mucho, pues es uno de los deportes más simbólicos, entre los mexicanos. Hay que recordar que hace unos días se celebró el Día de la Lucha Libre, pues es una de las disciplinas con gran ambiente, en el que se involucran todos, para dar un gran espectáculo”.
Adelantó que para el 2025 ya tiene algunas fechas pactadas, que incluye regresar a Europa, volver a Bolivia, y presentarse por primera vez en Japón.

Reconoció que se ha convertido en punta de lanza, para que las nuevas promesas de la lucha libre, no sólo de Oaxaca si no del país, demuestren su talento para que los promotores los observen y puedan salir del país, llevando el nombre de Oaxaca y México muy en alto.
Todo esto no lo hubiera logrado sin el apoyo de la familia, “mi madre, que es la que se encarga de fabricar los muñecos de Rasputín, desde luego mi pareja, todos mis seres queridos a mi alrededor que se llenan de felicidad al ver que trascendemos las fronteras, claro a Carlos de Luchas Party, así como a José Antonio Pérez Ramos, que siempre están para darle el impulso necesario y seguir trascendiendo”.
Al final, Rasputín posó con la Copa lograda en Costa Rica, que significa el cariño que la gente de ese país le dio durante su estancia y que lo compromete a volver.