La profesión de entrenador de futbol, es el pilar fundamental del desarrollo de un futbolista. No concebimos el progreso de un futbolista sin la edificante labor de los entrenadores de futbol, en edades tempranas, quienes preparan el terreno y depositan sus conocimientos para que posteriormente los entrenadores de alto rendimiento, especialistas en jugadores de primera división complementen su labor trascendente.
Me permito hacer algunas reflexiones sobre esta bonita profesión. Dentro de mi círculo de amistades tengo la fortuna de contar a varios entrenadores; amateur y profesionales para todos ellos sea mi sincero reconocimiento, pero sea mi más profundo agradecimiento para aquellos entrenadores ahora ya retirados y unos fallecidos que me guiaron, y esclarecieron mi mente para que aprendiera mis primeros pasos como entrenador de futbol.
Ejerciendo mi carrera, tuve la oportunidad de observar de muy cerca el trabajo y la entrega de los entrenadores amateur y profesionales. Allá donde no hay los apoyos que tienen los equipos grandes, es donde podemos evaluar y apreciar en su justa dimensión el sacrificio de esos entrenadores que con limitaciones de toda índole se lanzan a realizar su tarea con el propósito de poner en práctica sus conocimientos.
Al ver la entrega de muchos de esos entrenadores, trabajando con muchas carencias, me di cuenta de que no hay labor más bonita y solidaria que enseñar a jugar futbol a un niño o a un joven. Esas experiencias también me enseñaron que los entrenadores, y especialmente los que trabajan en las ciudades apartadas y en condiciones verdaderamente adversas, deberían de gozar de nuestra admiración y nuestro respeto.
En todos los equipos de futbol, ya sean amateur o profesionales, el nivel de desarrollo futbolístico se puede medir y apreciar conociendo el promedio de la calidad de los entrenadores. En ese sentido, cierto es que Oaxaca tiene mucho por hacer para satisfacer los requerimientos de equipos amateur y profesionales para una mejor formación futbolística. Esto es importante. Y ¡hay que decirlo! es futbol y algo más…
