La respuesta rápida es sí. Un bebé puede contagiarse de herpes y puede ser muy, pero muy grave. El término médico para estos casos es herpes neonatal y existen casos como el de Oliver Miller que contrajo el virus, aparentemente por el beso de una persona con herpes –o un fuego– y casi lo llevó hasta la muerte.
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¿Qué hace el herpes tan peligroso para los bebés?
La principal razón es que el sistema inmunológico de un bebé no está desarrollado por completo, por lo que no se encuentra listo para lidiar con un virus simple como el del herpes. En ocasiones el bebé sólo se ve afectado en ciertas áreas de su cuerpo, como la piel; sin embargo, si la infección llegase a comprometer sus órganos pude causarles la muerte. Según datos del Servicio Nacional de Salud —NHS, por sus siglas en inglés— de Inglaterra, un tercio de los bebés con infección de herpes hasta sus órganos mueren a pesar del tratamiento.
¿Cómo se puede contagiar un bebé de herpes?
El primer riesgo está a la hora del parto. Si la madre tiene una infección de herpes por primera vez en los últimos 6 meses, el riesgo de que su bebé se contagie si se trata de un parto natural es alto, aunque disminuye considerablemente si no se trata de la primera vez que la madre sufre la infección, ya que ésta ha creado anticuerpos contra el virus, mismos que también le transmite a su bebé y por lo tanto, lo protege.
Después del parto el contagio puede suceder a partir del conecto directo, como en el caso de Oliver, que recibió un beso de alguien con un fuego labial. Lo mismo puede ocurrir si alguien toca un fuego y luego al bebé o si la madre tiene sarpullidos en el pecho y/o pezones y amamanta a su bebé.
¿Cuáles son los síntomas del herpes neonatal?
Algunos de los principales síntomas del herpes neonatal que pueden delatar esta condición son la fiebre, sarpullidos o fuegos en la piel, ojos y/o dentro de la boca, se encuentra constantemente irritado y cansado, y —uno de los mayores indicadores— no quiere recibir pecho o alimentarse.
Y… ¿cómo se cura?
La forma más sencilla de tratar la infección es tomar antivirales, ya sea inyectados intravenosamente o en la leche materna si es que sigue siendo amamantado —siempre y cuando la madre no tenga erupciones en su pecho—.
Prevenir este tipo de infecciones puede ser bastante sencillo, aunque la gente podría considerarte una persona paranoica, pero lo cierto es que a una edad temprana, no es recomendable exponer a tu bebé a distintos ambientes y personas. Asimismo, si detectas este tipo de síntomas contacta a tu pediatra o acude al médico de inmediato.
