Tener presentes los hábitos saludables y sobre todo aplicarlos en el día a día, te puede ayudar a cumplir con una vida más plena y completa.
Estas acciones van desde la alimentación, hasta el ejercicio y el cuidado de la mente.
Entre los consejos principales considerados por los doctores y especialistas, se encuentran:
Beber más agua
El agua es un elemento vital para las distintas funciones del cuerpo humano, además de representar aproximadamente el 60% del peso corporal, también es crucial para la digestión, absorción de nutrientes, regulación de la temperatura corporal y eliminación de desechos.
Lo recomendable es beber al menos 2 litros de agua al día, pero la cantidad puede variar según la edad, el peso, la actividad física y el clima.
Mantenerse bien hidratado mejora la salud de la piel, la función cognitiva y el rendimiento físico.

Ejercitarse
El ejercicio regular es crucial para la salud cardiovascular y el fortalecimiento muscular. De igual forma mejora el estado de ánimo y reducir el estrés.
Al realizar actividades físicas variadas, como caminar al aire libre, practicar deportes o incluso bailar, no solo mejora la salud física, sino que estimula la creatividad y fortalece las conexiones sociales.
Durante el ejercicio aeróbico, como correr o nadar, el cuerpo libera endorfinas, neurotransmisores que alivian el dolor y generan una sensación de bienestar. Mantener un porcentaje de grasa corporal saludable es crucial para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y otras condiciones relacionadas con la obesidad.
Reducir el alcohol
El consumo excesivo de alcohol puede tener impactos negativos significativos en la salud, pues no solo afecta negativamente el rendimiento deportivo y la capacidad de recuperación, sino que también compromete la función hepática.
El hígado es vital para la desintoxicación y la síntesis de proteínas, grasas y carbohidratos.
El daño hepático causado por el alcohol puede interferir con estas funciones, llevando a problemas de salud más graves como la cirrosis. Además, el alcohol contribuye al envejecimiento prematuro de la piel y puede perturbar el equilibrio hormonal.
Leer, es bueno para la mente
La lectura regular no solo amplía tus horizontes intelectuales, sino que también tiene beneficios tangibles para la salud mental. Estudios han demostrado que la lectura reduce el estrés al disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, leer mejora la conectividad neuronal y la función cerebral, fortaleciendo la memoria y la capacidad de concentración.

Dormir bien
El sueño es crucial para la recuperación física y mental. Durante el sueño profundo, el cuerpo realiza funciones reparadoras esenciales, como la reparación de tejidos y la consolidación de la memoria. Por otro lado la privación crónica del sueño afecta el estado de ánimo y la concentración. Así mismo puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2.
Se recomienda que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche para mantener un óptimo bienestar.
Ayunar
El ayuno intermitente ha ganado popularidad como una estrategia efectiva para mejorar la sensibilidad a la insulina, regular los niveles de azúcar en sangre y apoyar la pérdida de grasa.
Este patrón alimenticio alterna períodos de ayuno con períodos de alimentación normal. Durante el ayuno, el cuerpo agota las reservas de glucógeno y comienza a quemar grasas como fuente de energía, lo que puede promover la pérdida de peso y mejorar la composición corporal. Además, el ayuno intermitente ha demostrado tener efectos positivos en la función cerebral y la longevidad.

Reducir el azúcar
El consumo excesivo de azúcar puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, resistencia a la insulina y enfermedades cardíacas.
El azúcar en exceso eleva los niveles de glucosa en sangre, lo que conduce a una producción excesiva de insulina y puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2. Además, el metabolismo del azúcar produce ácidos que pueden desequilibrar el pH del cuerpo, creando un ambiente ácido que favorece la inflamación y el crecimiento de bacterias dañinas.
Consumir vitamina C
La vitamina C es esencial para la síntesis de colágeno, un componente clave de la piel, ligamentos, cartílagos y vasos sanguíneos. Además, es un antioxidante potente que ayuda a proteger las células del daño oxidativo causado por los radicales libres.
Aunque el cuerpo humano no puede producir vitamina C por sí mismo, es crucial obtener suficiente a través de la dieta. Alimentos como pimientos, guayabas, kiwis, fresas y cítricos son ricos en esta vitamina vital, que no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también mejora la absorción de hierro y otros nutrientes esenciales. Incorporar estos alimentos en tu dieta diaria puede mejorar significativamente tu salud general y bienestar.
Todos estos consejos son compartidos por la revista Vida y Fitness, con la finalidad de tener una vida más confortable.