Niños en el mundo bajo alto riego por malos hábitos alimenticios
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Salud

Niños en el mundo bajo alto riego por malos hábitos alimenticios

Las deficiencias inculcadas en menores de edad en temas de nutrición no solo tienen repercusiones en su salud y desarrollo, también afectan la sustentabilidad del planeta.


Niños en el mundo bajo alto riego por malos hábitos alimenticios | El Imparcial de Oaxaca

Ciudad de México

La mala nutrición de los niños no solo tiene repercusiones en su salud, también afecta su crecimiento, educación e, incluso, el desarrollo y la sustentabilidad del planeta. “Es importante velar por la nutrición en niños en situación vulnerable, porque ninguno debería morir por causas que sean prevenibles. México tiene los niveles más altos en obesidad infantil a escala global y hay casos de hipertensión y diabetes en menores de cinco o seis años”, señaló en entrevista Jorge Vidal Arnau, director nacional de programas de la organización Save the Children en México.

“Esto tiene que ver con hábitos de consumo que no son los adecuados y es un reto para el país, sobre todo cuando te das cuenta de que más de 50 por ciento de las muertes de estos menores se puede prevenir, son casos que no están siendo atendidos por el sector salud y tampoco se trabaja en la prevención”, subrayó.

La comunidad científica coincide en ese punto. De acuerdo con Héctor Bourges Rodríguez, directivo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, el problema es un tema de salud pública con dos grandes vertientes: la desnutrición y la obesidad. “Es evidente que la población no está comiendo lo que debe. El exceso de productos con elevado contenido calórico ha contribuido a la pérdida de la cultura alimentaria en una considerable población vulnerable de algunas zonas rurales, particularmente las del sur. Las áreas de pobreza hacen de la problemática un reto difícil de vencer”, aseguró el experto.

CAMBIAR COSTUMBRES

Bourges destacó que “el aislamiento geográfico es una de las condiciones que contribuyen a la mala nutrición de nuestros niños; es imperativo desarrollar cambios radicales y cambiar las actuales costumbres alimentarias. La idea de comer mucho o comer lo que sea no es sinónimo de salud”.

El especialista señaló que “los expertos del instituto participamos desde hace muchos años en la norma oficial NOM-043-SSA2-2012, que habla de establecer los criterios generales que cuantifiquen y den congruencia a la orientación alimentaria; el problema es que en la actualidad no hay campañas sólidas basadas en esta norma para ser aplicadas de forma constante y no basta con dar consejería para que la población conozca la manera adecuada de comer. Debemos ir más allá, eso se debe aprender en la casa, las mamás y los papás tienen que contribuir”.

Al respecto, Vidal recordó el caso de un menor en una comunidad del sureste del país que visitaron los voluntarios de Save The Children: “Hace algunos años, trabajando en Yucatán con comunidades mayas, implementamos un programa de modificación de hábitos de salud. La madre de un niño de ocho años, al ver el diagnóstico de desnutrición, pensó que era un engaño, se ofendió y sintió agredida por cuestionar parte de la educación de su hijo; sin embargo, permitió que asistiera”.

Tiempo después, agregó, “fue a través del mismo niño, al compartir con su familia lo que vivía con nosotros, como la forma de cocinar y hacer a un lado productos que no eran cosechados por ellos, que su mama entendió que no los queríamos dañar. Meses después veía a su hijo más sano, incluso tenía mejores calificaciones y su maestra reportaba que prestaba más atención en clase”, narró Vidal.

La organización civil diseña estrategias para que las familias vean la posibilidad de tener una vida saludable con costos apegados a sus ingresos y beneficios que sean permanentes. “En primarias de Ciudad de México y Puebla combatimos la obesidad infantil al implementar un plan que se llama Alianza por el bienestar de la niñez; en tres años hemos tenido impacto en más de 18 mil menores”, detalló.

AYUDA ECOLÓGICA

Las acciones de Save the children también ayudan desde el punto de vista ecológico: “Es importante generar conciencia en los chicos sobre el hecho de que somos parte del deterioro del planeta, esto permite una visión diferente en cómo nuestro actuar diario se relaciona con el bienestar de otros espacios. Hablamos con los niños sobre lo que es la huella de carbono y su relación con la alimentación al tener en su casa productos traídos de lejos, lo que implica el uso de combustible, energía, agua y productos químicos. Así se fomenta un consumo responsable y un cuidado por el medio ambiente”, destacó Vidal.

“A través de huertos enseñamos que pueden producir sus alimentos y enseñamos enotecnias para reducir el uso de leña”, explicó.

El máximo logro que busca esa organización “es quedarnos sin trabajo; si eso sucede es porque hemos acompañado al Estado y a las comunidades hasta tener los elementos suficientes para no requerir a un tercer facilitador de procesos”, señaló Vidal.

La metas que persiguen, concluyó, son “lograr la convicción en la suma de aliados para que esto pueda ser sostenible; queremos que se repliquen nuestras acciones, que están avaladas por su éxito. Un reto más es trabajar en zonas violentas, ya que la prioridad de un niño en esta situación no es estar sano, sino estar vivo”.