En la madrugada del 24 de octubre, el municipio de Tecpan de Galeana, Guerrero, se convirtió en escenario de pánico y caos tras la violenta incursión de un grupo armado. Decenas de sujetos encapuchados, a bordo de al menos diez camionetas, llegaron por la carretera Acapulco-Zihuatanejo poco antes de las cinco de la mañana, dando inicio a un ataque directo contra el grupo criminal conocido como Los Granados.
EL COMANDO ARMADO
Según informes, el comando armado, identificado con la leyenda “GNG” en sus vehículos, disparó contra un tráiler en su camino hacia Tecpan, provocando temor entre los conductores y la población local. Las cámaras de videovigilancia captaron sus movimientos, mientras que en las horas siguientes, la situación escaló con múltiples balaceras y bloqueos carreteros que generaron un ambiente de incertidumbre. Las autoridades de al menos tres municipios cercanos emitieron recomendaciones urgentes, instando a la población a permanecer en casa por su seguridad.
Durante esta ola de violencia, se reportaron enfrentamientos con las fuerzas del orden, resultando en la muerte de varios civiles. En medio de esta crisis, el grupo armado difundió un video donde se autodenominan como un “grupo armado independiente” y explican sus motivos: acabar con el cártel de Los Granados, al que acusan de robos, secuestros y despojos. A pesar de su agresiva declaración, afirmaron no tener intenciones de dañar a la población civil ni confrontar al gobierno.
ANTECEDENTE VIOLENTOS
El mensaje, que incluía amenazas directas a la presidenta municipal Alba Iris Soberanis Hernández, puso de relieve las tensiones en la región y las supuestas conexiones entre el cártel de Los Granados y miembros de las fuerzas de seguridad. En este contexto de violencia, la situación recuerda a eventos trágicos ocurridos en el pasado, como el asesinato de 13 policías de Coyuca de Benítez un año antes, un ataque que se atribuyó al mismo grupo criminal.
La comunidad de Tecpan de Galeana, que ya había sufrido episodios de violencia, se enfrenta ahora a una nueva crisis que pone en jaque la seguridad de sus habitantes y el control del territorio en un entorno donde la impunidad y la violencia continúan siendo preocupantes. Las autoridades locales y federales deberán actuar con rapidez para restaurar la calma y garantizar la protección de la población en medio de esta escalofriante escalada de violencia.