A más de un año del feminicidio de una mujer en la región de la Costa, este jueves se logró una sentencia condenatoria de 48 años de prisión contra el responsable del crimen, ocurrido en el fraccionamiento Miramar de la localidad de Barra de Copalita, en el municipio de San Miguel del Puerto.
El tribunal encontró culpable a José Enrique A.E. o José Ángel A.E. del delito de feminicidio cometido contra R.H.F.. Quien fue atacada dentro de su domicilio por el agresor. Las heridas provocadas durante la agresión le causaron la muerte en el lugar.
UN CRIMEN EN EL HOGAR: LA VÍCTIMA CONOCÍA A SU ASESINO
De acuerdo con la causa penal, el hecho ocurrió cuando el feminicida ingresó al domicilio de la víctima y la agredió físicamente con violencia letal.
Y, como ocurre en muchos casos de violencia feminicida, el agresor conocía a la víctima, y el ataque ocurrió en un espacio que debería haber sido seguro: su casa.
INVESTIGACIÓN Y SENTENCIA: UN PROCESO LARGO PERO DETERMINANTE
Tras el asesinato, se inició una investigación que permitió capturar y presentar ante el tribunal al agresor. El proceso judicial se desarrolló con base en pruebas sólidas y declaraciones que llevaron al Tribunal de Enjuiciamiento a dictar una de las sentencias más duras por este tipo de crímenes en la entidad.
Además de la pena de prisión, el responsable deberá pagar una multa económica y la reparación del daño a las víctimas indirectas del crimen, es decir, a la familia de la mujer asesinada.
FEMINICIDIO EN OAXACA: CIFRAS QUE SIGUEN PREOCUPANDO
Este caso se suma a la larga lista de feminicidios registrados en Oaxaca, una de las entidades del país con altos índices de violencia de género.
De acuerdo con organizaciones civiles, los procesos judiciales suelen tardar años, y no todos terminan con sentencias condenatorias.
Por ello, esta resolución representa un precedente importante, aunque también recuerda la urgencia de prevenir estos delitos.
MÁS ALLÁ DE LA SENTENCIA: ¿Y LA PREVENCIÓN?
Aunque la justicia ha sido impartida en este caso, la problemática de fondo persiste. El feminicidio de R.H.F. ocurrió dentro de su hogar, un lugar que muchas mujeres siguen considerando peligroso cuando hay antecedentes de violencia.
Expertas señalan que la prevención, atención temprana y protección efectiva son todavía tareas pendientes del Estado, más allá de los procesos judiciales.
“Las sentencias son necesarias, pero no suficientes. Lo esencial es que ninguna mujer tenga que morir para que el sistema funcione”, declaró una activista consultada.
UNA VIDA TRUNCADA, UNA FAMILIA HERIDA
El caso de R.H.F. es el reflejo de muchas historias que no llegan a los titulares. Su muerte no fue un hecho aislado, sino parte de una realidad estructural que afecta a miles de mujeres en México.
Finalmente, la sentencia contra su agresor es un paso hacia la justicia, pero no borra el vacío dejado ni el dolor de su familia.