La noche de este domingo, el periodista zapoteca Ignacio Santiago, fundador de la página de noticias Pluma Digital, denunció públicamente a través de una transmisión en vivo la detención arbitraria de dos de sus escoltas personales —asignados por el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, dependiente de la Secretaría de Gobernación— por parte de elementos de la Policía Estatal de Oaxaca.
De acuerdo con su testimonio que hizo en vivo, la detención ocurrió cinco minutos después de que los elementos de seguridad lo dejaron en su domicilio tras finalizar su jornada de trabajo. Santiago asegura que esta acción pone en riesgo su vida, ya que ha sido blanco de amenazas y atentados debido a su labor periodística, centrada principalmente en nota roja y cobertura policial.
“ME DIJERON QUE LOS AUXILIARA”: RELATO DE LOS HECHOS
“Me llamaron y me dijeron que los auxiliara, porque la Policía Estatal los había detenido”, narró Santiago en su video.
Según relató, los uniformados justificaron la detención argumentando que los escoltas portaban licencias de conducir vencidas y se encontraban bajo efectos del alcohol, situación que el periodista niega categóricamente.
“Eso es mentira”, afirmó, tras detallar que ni la supuesta embriaguez ni las condiciones administrativas justifican una detención como la que se ejecutó.
El periodista acudió personalmente al sitio del arresto, en el municipio de El Espinal, donde permanecen los escoltas detenidos en las instalaciones de la Policía Estatal, a pesar de la intervención del Mecanismo Federal, que ya había confirmado el carácter oficial de los detenidos como agentes de protección.
UNA PROTECCIÓN FRÁGIL EN UNA ZONA DE RIESGO
José Ignacio Santiago forma parte del Mecanismo de Protección desde hace ocho años, luego de haber sido víctima de un atentado contra su vida. Desde entonces, cuenta con un esquema de seguridad compuesto por cuatro escoltas que se turnan para resguardar su integridad.
Sin embargo, la detención de dos de sus escoltas —junto con la retención de sus armas— ha dejado el esquema de protección incompleto y debilitado.
“Las dos personas que están de turno este lunes no tienen armas con qué defenderme en caso de un ataque. Eso me deja completamente vulnerable”, advirtió el periodista.
A esta situación se suma una llamada telefónica anónima recibida la mañana del mismo domingo, en la que se le amenazó directamente.
“Hice caso omiso, pero todo esto parece estar conectado”, explicó.
SEÑALAMIENTOS DIRECTOS AL COMISIONADO DE POLICÍA ESTATAL
El periodista no duda en señalar directamente al Comisionado de la Policía Estatal, Francisco Santiago García, como el presunto responsable de una acción de represalia.
“He denunciado varias irregularidades de esta corporación y eso, supongo, no le ha gustado. Pero yo solo cumplo con mi trabajo”, aseguró.
Santiago considera que la acción contra sus escoltas es un acto de represión por parte del Estado, que podría tener un impacto directo sobre su seguridad física.
“Por fortuna yo no venía con ellos, ya se dirigían a descansar, pero eso no justifica lo que está pasando. Es un abuso”, enfatizó.
CONTEXTO DE TENSIÓN EN JUCHITÁN Y SILENCIO OFICIAL
Desde el sábado, la Policía Estatal asumió el control de la seguridad del municipio de Juchitán, Oaxaca, ejecutando operativos en las nueve secciones y más de 120 colonias que conforman esta ciudad del Istmo. Sin embargo, la corporación no ha emitido ningún comunicado en torno a la detención de los escoltas del periodista.
El silencio institucional ha generado preocupación entre organismos de derechos humanos y gremios periodísticos, que ven en esta acción una posible violación a los protocolos de protección federales.
UNA HISTORIA MARCADA POR LA VIOLENCIA
A sus 35 años, José Ignacio Santiago ha vivido de cerca la violencia que enfrentan los periodistas en México. En enero de 2022, fue víctima de una agresión mientras realizaba una cobertura en la región Mixteca de Oaxaca. Desde entonces, su vida ha estado en constante riesgo.
Su caso pone en evidencia las deficiencias del Mecanismo de Protección y la vulnerabilidad persistente de quienes ejercen el periodismo en regiones marcadas por la violencia, la impunidad y la colusión entre autoridades y grupos de poder local.
EXIGEN RESPUESTA Y LIBERACIÓN DE LOS ESCOLTAS
Hasta el momento, organismos nacionales no han emitido postura oficial, pero la denuncia de Santiago ya circula ampliamente en redes sociales y plataformas independientes.
El periodista exige la liberación inmediata de sus escoltas, la devolución de sus armas y garantías para continuar ejerciendo su labor sin represalias.
“Hoy fueron ellos, mañana puedo ser yo. Solo pido lo que por ley me corresponde: protección y respeto”, concluyó.
En resumen, en un país donde los periodistas enfrentan uno de los entornos más peligrosos del mundo para ejercer su labor, este caso reaviva los cuestionamientos sobre la eficacia real del Estado mexicano para proteger la libertad de expresión y la integridad de quienes la ejercen.