La primera víctima mortal confirmada en Oaxaca tras el paso del huracán Erick fue un habitante de la comunidad Los Ciruelos, en San Pedro Pochutla, quien perdió la vida al recibir una descarga eléctrica mientras se encontraba frente a su domicilio. El hecho ocurrió tras las intensas lluvias y vientos registrados en la región, que provocaron afectaciones en infraestructura, caminos, tendido eléctrico y viviendas.
De acuerdo con la información compartida en la más reciente sesión del Consejo Estatal de Protección Civil, la víctima tocó un cable eléctrico que se encontraba tirado en el suelo, producto de los estragos del fenómeno meteorológico.
UN ESCENARIO COMÚN Y MORTAL: CABLES CAÍDOS TRAS TORMENTAS
El incidente evidencia uno de los riesgos más ignorados durante y después de los huracanes: la presencia de cables energizados caídos sobre calles, patios y techos, particularmente en comunidades rurales donde la supervisión y el mantenimiento del tendido eléctrico es escaso o nulo.
El habitante de Los Ciruelos, cuya identidad fue revelada públicamente Miguel Ángel V. C. , salió de su vivienda tras la tormenta y, sin saberlo, entró en contacto con un cable activo, recibiendo la descarga mortal. No se reportó atención médica inmediata, lo que indica una posible demora en los servicios de emergencia por las condiciones climáticas y de acceso a la zona.
CRÍTICAS A LA PREVENCIÓN Y RESPUESTA
Vecinos y usuarios en redes sociales han comenzado a cuestionar la falta de prevención y respuesta inmediata en comunidades como Los Ciruelos, donde no existen sistemas de alerta temprana efectivos, ni campañas locales de concientización sobre riesgos eléctricos durante tormentas.
“Los cables sueltos son un peligro constante, y nadie vino a revisar ni antes ni después del huracán”, lamentó un residente de Pochutla y usuario de redes sociales.
Especialistas en protección civil han advertido repetidamente sobre la necesidad de que las autoridades y empresas responsables del suministro eléctrico realicen inspecciones preventivas, y brinden educación comunitaria en zonas vulnerables, especialmente en temporadas de ciclones y huracanes.
UNA VÍCTIMA MÁS DE LA DESIGUALDAD INFRAESTRUCTURAL
Este caso no es solo una consecuencia del clima, sino también de la desigualdad en infraestructura y atención gubernamental en zonas rurales como Los Ciruelos. Donde muchas veces los cables cuelgan de forma improvisada o cruzan calles sin protección adecuada.
Mientras en las zonas urbanas se prioriza la reparación inmediata y el monitoreo tras fenómenos naturales, en comunidades como esta los riesgos se acumulan y las tragedias se repiten año con año sin que existan medidas estructurales preventivas.
LLAMADO A UNA REVISIÓN DE PROTOCOLOS
Con esta muerte, se abre un nuevo llamado a las autoridades estatales y federales para que actualicen sus protocolos de protección civil ante fenómenos hidrometeorológicos.
Finalmente, no basta con monitorear tormentas o emitir alertas generales: se necesita llegar a cada comunidad, verificar instalaciones eléctricas, y garantizar que las medidas preventivas lleguen hasta el último rincón del estado.