Lo que comenzó como un traslado de emergencia desde la colonia El Pedregal en Cuilápam de Guerrero terminó en una desgarradora tragedia este lunes. Un niño de apenas un año y 11 meses perdió la vida a bordo de una ambulancia tras sufrir un paro cardiorrespiratorio cuando era trasladado de urgencia hacia el Hospital Civil.
Dolor de madre
La madre del pequeño acompañaba al menor en el trayecto, confiando en que la asistencia médica pudiera estabilizarlo. Sin embargo, pese a los esfuerzos del equipo paramédico por practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), el menor no respondió.
La unidad de emergencia detuvo su marcha en la colonia Mi Ranchito, en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán. Donde se confirmó el fallecimiento alrededor de las 10:45 de la mañana, momento en que se suspendió el operativo vial que pretendía abrir paso hasta el hospital.
Emergencia sin final feliz: ¿se pudo evitar esta muerte?
Este caso, más allá de la tragedia individual, abre nuevamente el debate sobre la capacidad de respuesta y atención prehospitalaria en los municipios del Valle Central. Aunque los paramédicos actuaron conforme a protocolos, la falta de infraestructura médica cercana, el tiempo de traslado y el estado crítico del paciente jugaron en contra de una atención oportuna.
En zonas como Cuilápam de Guerrero, muchas familias se ven obligadas a depender de ambulancias municipales y traslados prolongados hacia hospitales de segundo nivel en la capital. Lo que incrementa el riesgo en casos como este, donde cada minuto es vital.
La burocracia en emergencia: el sistema que no llega a tiempo
Aunque elementos de la Policía Vial Municipal y del Estado activaron un operativo para despejar el camino hasta el Hospital Civil, el deceso obligó a suspender la medida. El hecho vuelve a evidenciar la lentitud y descoordinación de un sistema que suele reaccionar tarde ante emergencias médicas de alta prioridad. La Fiscalía General del Estado de Oaxaca investiga el deceso por protocolo, para deslindar responsabilidades.
Además, la falta de protocolos claros para traslados pediátricos urgentes, la ausencia de unidades especializadas para neonatos o infantes, y la poca capacitación en algunos municipios rurales son temas recurrentes que esta muerte pone otra vez sobre la mesa.