A casi 19 años de un violento doble homicidio cometido en la región de la Costa oaxaqueña, un hombre identificado como A.R.A. fue detenido por su presunta responsabilidad en el asesinato de dos personas ocurrido en 2005. El sujeto enfrenta cargos por homicidio calificado con premeditación, ventaja y alevosía, según consta en el expediente judicial del caso.
El crimen: emboscada mortal en una vereda rural
Los hechos ocurrieron el 25 de julio de 2005, cuando las víctimas caminaban por una vereda rumbo a la comunidad de Quelove, perteneciente al municipio de Magdalena Loxicha, en la Sierra Sur. En ese trayecto fueron interceptadas y ejecutadas con disparos de arma de fuego. Las circunstancias descritas en la investigación apuntan a una emboscada planeada, con saña y sin posibilidad de defensa para las víctimas.
Investigación estancada que tardó casi dos décadas
Aunque las autoridades iniciaron las diligencias poco después del crimen, la localización del presunto responsable no se logró sino hasta este 2025. La prolongada inacción y el tiempo transcurrido entre el homicidio y la detención reabren cuestionamientos sobre la eficiencia en la resolución de crímenes antiguos. Especialmente en zonas rurales históricamente marginadas del aparato de justicia.
Tras su localización, A.R.A. fue detenido por elementos policiacos y presentado ante el Ministerio Público. Donde se le practicó un examen médico antes de ser puesto a disposición de un juez. Se espera que en los próximos días se defina su situación legal conforme a los cargos que enfrenta.
Justicia tardía, ¿es justicia?
Este caso ilustra uno de los grandes retos del sistema judicial mexicano: el rezago en la ejecución de órdenes de aprehensión en crímenes graves. Aunque la detención del presunto homicida representa un paso hacia la reparación de un daño largamente impune, no deja de evidenciar la lentitud y las deficiencias estructurales en la investigación y persecución del delito. Especialmente cuando las víctimas son personas de comunidades indígenas o rurales.
La detención de A.R.A. casi dos décadas después del asesinato de dos personas pone de relieve no solo la gravedad del crimen, sino también la distancia que aún separa a muchas víctimas de un acceso oportuno a la justicia. La sociedad no solo espera detenciones; exige resultados a tiempo y procesos que no tarden 19 años en materializarse.