Un violento episodio sacudió la madrugada del sábado 19 de abril a la terminal de autobuses de Pinotepa Nacional, cuando un hombre, presuntamente exintegrante de un grupo élite de fuerzas especiales, desarmó a una Infante de Marina, mató a dos personas —un integrante de la Marina y un directivo policiaco municipal— y sostuvo un enfrentamiento armado contra más de 60 elementos de distintas corporaciones, antes de ser abatido.
El sujeto, identificado de manera preliminar como Antonio T. (El Chuta), de acuerdo con su perfil de Facebook, habría sido parte de “La Furia Negra”, una unidad especial de la Policía Estatal en Tamaulipas, conocida por su entrenamiento extremo, su brutalidad táctica y sus controvertidas intervenciones en operativos contra el crimen organizado. Versiones extraoficiales señalan que el individuo era originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, pero residía en Monterrey, Nuevo León. Su pareja, quien lo reportó como desaparecido, el cual habría padecido trastornos mentales.
ATAQUE CALCULADO Y LETAL

De acuerdo con reportes preliminares, el ataque se dio en plena terminal de transporte de Pinotepa Nacional. Donde el agresor, con maniobras descritas como “tácticas y profesionales”, despojó de su arma a una mujer Infante de Marina. Posteriormente, abrió fuego contra un mando municipal y después contra un marino, provocándoles su muerte.
Durante casi tres horas, el hombre se atrincheró y enfrentó solo a más de 60 efectivos de la Marina, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y municipal. Testigos relatan momentos de pánico entre pasajeros y trabajadores de la terminal, que fue evacuada mientras se desplegaba un operativo para contener al agresor. Finalmente, Torres fue abatido en el lugar.
SILENCIO OFICIAL Y VERSIONES EXTRAOFICIALES
Pese a la magnitud del incidente, las autoridades han mantenido un hermetismo total sobre los detalles del caso. Hasta el momento no se ha emitido un comunicado oficial completo. Aunque fuentes cercanas a la investigación han confirmado la identidad del atacante y su presunta pertenencia a la unidad conocida como “La Furia Negra”.
Este grupo élite, activo principalmente en Tamaulipas, se ha hecho famoso —y también polémico— por su accionar violento contra grupos del narcotráfico. Apodados por algunos como “fabricantes de viudas”, sus miembros han protagonizado enfrentamientos sangrientos que a menudo son grabados y difundidos en redes sociales. En estos materiales, aparecen fuertemente armados, usando tácticas militares, y acompañados por música que los glorifica como “guerreros”.
UN LEGADO DE VIOLENCIA

“La Furia Negra” ha sido vinculada en medios locales a operativos extrajudiciales, como la ejecución de miembros de cárteles, entre ellos la decapitación de un joven sicario apodado “Juanito Pistolas”, de solo 16 años, miembro de la “Tropa del Infierno”, célula del Cártel del Noreste.
Tamaulipas, uno de los estados más golpeados por la violencia desde el inicio de la “guerra contra el narcotráfico” en 2006, ha sido el escenario donde estos comandos especiales han ganado notoriedad. Su accionar, aunque respaldado por algunos sectores como una forma “efectiva” de combatir el crimen, ha sido también duramente criticado por organismos de derechos humanos por sus métodos fuera del marco legal.
¿QUÉ HACÍA UN EXCOMANDO EN PINOTEPA NACIONAL?
El caso abre interrogantes sobre cómo un ex elemento de operaciones especiales terminó en una zona del Pacífico Sur como Pinotepa Nacional, y sobre las condiciones mentales y sociales que llevaron a este hombre a desatar un enfrentamiento letal contra las fuerzas de seguridad. Según su pareja, Antonio Torres no estaba en plena posesión de sus facultades mentales, lo cual podría ser un factor clave en la investigación.
Por ahora, se desconoce si el hombre actuó solo o si tenía algún vínculo con organizaciones delictivas locales. Las autoridades han iniciado una carpeta de investigación para esclarecer los hechos, aunque el mutismo institucional sigue generando especulación en la comunidad.
IMPACTO LOCAL Y NACIONAL
El incidente ha generado alarma tanto en Pinotepa como en círculos de seguridad estatal y nacional. Ya que evidencia el riesgo latente que representa el conocimiento táctico y bélico de exintegrantes de fuerzas especiales en contextos civiles.
Mientras tanto, familiares de las víctimas exigen justicia, y la comunidad se pregunta cómo evitar que hechos similares se repitan.