La ley se encontró con el lujo y la prepotencia en el operativo de alcoholímetro instalado en Fonapas la noche del sábado, la escena parecía sacada de un guion de película: lujo y desdén chocando con la autoridad.
La policía realizaba la rutina de control cuando vehículos de alta gama pasaron por el punto de inspección. Lo que comenzó como un procedimiento rutinario se convirtió en un episodio de tensión, desdén y rechazo.
A medida que el personal de seguridad realizaba su trabajo, los vehículos que llegaban eran inspeccionados uno a uno. Sin embargo, lo que nadie esperaba era la respuesta de las personas que viajaban en los lujosos automóviles que se detuvieron.
Dos mujeres, visiblemente ebrias, se bajaron de los autos, un BMW y un Mercedes, y procedieron a confrontar a los agentes con una actitud desafiante y despectiva.
Un video que circula en redes sociales captura el momento en que una de las mujeres comienza a cuestionar la autoridad del policía, cuando éste le asevera:
— Usted viene tomada, ¿verdad?
— ¿Yo vengo tomada? Nunca me hiciste la prueba de alcoholemia.
— Mire cómo se está comportando.
La respuesta de la mujer fue simplemente desafiante; estuvo cargada de una clara irritación, como si la situación misma fuera una afrenta personal. Una segunda mujer, visiblemente en estado de ebriedad también, intervino con insultos:
— ¿Por qué graba? No es un derecho, por eso, está mal que nos esté grabando, ch*ngada madre, p*ndejo, eres un indio.
A lo largo del enfrentamiento, la segunda mujer continuó los insultos a los oficiales con comentarios despectivos. La grabación muestra cómo las dos mujeres desafiaban la autoridad e intentaban desacreditar al personal de seguridad. En su intento de evitar el arresto, ambas comenzaron a grabar la situación, tratando de documentar su versión de lo ocurrido.
Cuando quisieron irse nuevamente en los autos, no se los permitieron, por lo que interrogaron a los policías:
— ¿Y por qué no?
— Porque el conductor viene conduciendo en estado de ebriedad, en tercer periodo.
— ¿Y cómo saben?
— Porque ya le hicieron la prueba.
Las mujeres, con una actitud que parecía emanar desde una posición de privilegio, insistieron en que el vehículo, que evidentemente había estado bajo el mando de alguien con alto grado de alcohol en sangre, debería ser liberado. En un momento de desesperación por evitar las consecuencias, una de las mujeres gritó:
— Ya vámonos, súbanse por favor.
A pesar de su insistente resistencia y del evidente estado de ebriedad, las mujeres no fueron detenidas ni se enfrentaron a ninguna sanción significativa.
Las autoridades, a pesar de estar claramente en la posición correcta, tuvieron que enfrentar la complicada realidad de una clase privilegiada que se siente por encima de la ley.