La noche del lunes 2 de junio, la violencia volvió a sacudir a la comunidad de El Espinal, en el Istmo de Tehuantepec. Luego de que un hombre fuera asesinado a balazos mientras circulaba en bicicleta sobre la calle Ignacio Allende, a unas cuadras del centro municipal. El crimen, perpetrado en plena vía pública, ha generado consternación y temor entre los pobladores. Quienes ya han sido testigos de múltiples hechos violentos en semanas recientes.
La víctima: un vecino conocido con presuntos antecedentes penales
El hombre fue identificado como Francisco Javier R.A., de 36 años, apodado “El Lagarto”, vecino conocido de la localidad. De acuerdo con versiones extraoficiales, contaba con antecedentes penales, lo que refuerza la hipótesis de que su asesinato podría tratarse de un ajuste de cuentas entre grupos criminales.
La víctima recibió varios impactos de bala mientras se desplazaba en bicicleta. Testigos relataron haber escuchado múltiples detonaciones de arma de fuego, presuntamente de arma larga.
Dejan narcomensaje junto al cuerpo: señalan a otros jóvenes
Junto al cuerpo fue hallada una cartulina con un mensaje firmado por presuntos integrantes del crimen organizado. El contenido, de carácter amenazante, mencionaba a dos jóvenes más de la comunidad, acusándolos de ser “extorsionadores” y “soplones”. Estos narcomensajes se han vuelto cada vez más comunes en la región, reflejando el nivel de control e intimidación que ejercen los grupos delictivos.
Escena del crimen alterada: familiares retiran el cuerpo sin autorización
Uno de los hechos más alarmantes fue que, antes de la llegada del personal de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, familiares del occiso se presentaron en el sitio del asesinato y retiraron el cuerpo por su cuenta, sin esperar el levantamiento legal ni la intervención pericial.
Los elementos de las corporaciones policiacas, que ya se encontraban en el lugar, solo pudieron acordonar la escena y permitir que el personal ministerial recolectara información residual. Este acto no solo entorpece la investigación, sino que también pone en evidencia la falta de confianza de la ciudadanía hacia las instituciones de justicia.
Impunidad e inseguridad en aumento
Hasta el cierre de esta nota, no se ha informado sobre personas detenidas por este crimen. Las autoridades abrieron una carpeta de investigación, pero no ofrecieron detalles sobre líneas claras de indagación.
Este asesinato se suma a una preocupante lista de hechos violentos en la región del Istmo, donde la población se enfrenta a un contexto de creciente inseguridad, presencia de grupos criminales y una respuesta institucional limitada. La ejecución pública de un ciudadano, la presencia de mensajes de terror y la omisión en los protocolos forenses forman un escenario crítico que demanda respuestas más firmes del Estado.
Finalmente, la ejecución de Francisco Javier R.A. es un reflejo de la impunidad sistemática y del avance del crimen organizado en regiones vulnerables del país. La ausencia de una actuación oportuna por parte de la Fiscalía, sumada a la apropiación del cuerpo por parte de los familiares, evidencia una fractura entre las autoridades y la comunidad. Aún con la detención de supuestos líderes criminales con el Operativo Sable, la población sigue viviendo entre el miedo, la incertidumbre y la violencia.