No recuerdo desde la época de Don Gustavo Díaz Ordaz, que un presidente de la República haya visitado Oaxaca más de tres veces.
En el caso del señor presidente López Obrador, lo ha hecho en 27 ocasiones, lo cual es notable, y han sido estas visitas en plan de trabajo y descartamos aquellas de sus campañas políticas.
Han sido giras para supervisión del avance de obras trascendentales para nuestro Estado, como el sueño de Juárez y Porfirio Díaz: el ferrocarril Transístmico, o en otras palabras el uso de ese territorio para el Comercio de Occidente con el Oriente por una vía rápida.
Y digo desde Juárez, porque no hay que olvidar el Tratado Mac Lane Ocampo, firmado por Don Melchor Ocampo, Secretario de Estado de Juárez y el plenipotenciario de USA, solo que este tratado no fue ratificado por el Senado Mexicano y quedó en el olvido; en él se permitía el paso incluso de tropas estadounidense por el istmo, lo que se seguramente influyó para que no fuera ratificado.
Como sea, ese ferrocarril del Istmo, iniciado por Porfirio Díaz con la construcción del Puerto de Salinas Cruz, se ha encontrado parado desde hace cosa de cien años, por lo que la inversión federal de este sexenio, logrará seguramente su terminación.
Además de lo anterior, destaca la continuación de las carreteras al Istmo y a la Costa, además de caminos vecinales menores como el de Taviche lo que llevará a Oaxaca y a México a establecer más de medio millón de empleos, con lo que se iniciará la incorporación del Sureste al desarrollo nacional.
Así las cosas, destaco un suerte de “grilla” del señor presidente, al invitar a su reciente gira al señor Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en donde dijo, parafraseo, que este Secretario usa aún el escritorio del señor Limatour, Secretario de Porfirio Díaz, y opino libremente que lo trajo por dos cosas: para que conozca México y para que lo conozcan, quizás con vista al 1924, porque lo de la señora Sheinbaum, pienso, es un decir, a mi juicio es una técnica echeverrista para ocultar al bueno.
Veremos y diremos.
Yo también soy Pueblo.
Por ahí nos encontraremos.