Algo hemos hecho mal
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Opinión

Tómelo con calma

Algo hemos hecho mal

 


— En Gobierno Abierto y Transparencia quedamos a deber

Al hacer un repaso del liderazgo que por muchos años México ha llevado en Latinoamérica, no es fácil aceptar que hemos pasado a ser aquel hermano mayor que lleva la mano en todo; ese que estudia para poner el ejemplo, se compromete para sobresalir, pero al cabo de unos años tropieza con las pruebas de la vida, y termina por también dar muestra del mal ejemplo a los menores.

México fue pionero en los años sesentas en la educación a distancia. Sin duda el sueño del Bachiller Álvaro Gálvez, de llevar la Telesecundaria a todos los rincones del país, fue la base para que México brillara en Iberoamérica, con un modelo que pronto siguieron varios países para fortalecer la enseñanza, abatir los rezagos y desigualdades. Al paso de los años, la Unidad de Televisión Educativa de la Secretaría de Educación Pública, sirvió de pilar para la fundación del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa. Hoy las limitantes presupuestales impuestas a los programas de educación a distancia de la SEP, ha llevado a nuestro país a lucir como aquel hermano mayor que tropezó, y dejó los mejores éxitos a los hermanos Iberoamericanos.

Otra historia similar se desarrolló en la década de los noventas; cuando el hermano mayor, México, logró mostrar que los ciudadanos podían y debían ser garantes de los procesos electorales. Lo que sin duda garantizaría y consolidaría nuestra democracia. Así, con la experiencia y liderazgo de Fernando Gutiérrez Barrios, surge el Instituto Federal Electoral, bajo la gris conducción de Emilio Chuayffet.

Años más tarde, los ciudadanos académicos dieron prestigio a la institución que bajo la tutela de José Woldenberg, Luis Carlos Ugalde, Andrés Albo, y Leonardo Valdés, llamaron a mantener la equidad de las elecciones, frenar los excesivos gastos de las campañas políticas, evitar el centralismo y observar los errores, pero sobre todo aquilatar los aciertos del órgano. Así, el hermano mayor, México sentó las bases de sistemas electorales ciudadanos no solo en Latinoamérica; sino en muchos países. Una vez más dábamos muestra de que podíamos ser el ejemplo a seguir.

En la última década, aquel gran prestigio del IFE, ahora Instituto Nacional Electoral, se fue perdiendo. El trabajo por sentar las bases de un sistema ciudadano garante de las elecciones se fue extraviando con gastos suntuosos y excesivos de sus consejeros y funcionarios. Los derroches en las campañas de nueva cuenta se han salido de control, y con miras al proceso electoral, la autoridad ha sido cuestionada y se muestra débil; una vez más el hermano mayor ha tropezado con las pruebas de la vida. Y mientras otras instituciones electorales en el mundo que emanaron de la experiencia mexicana, se consolidan y brillan, nuestro sistema y la institución se observan débiles y cuestionadas.
Tómelo con atención.- Otro tema similar, ha sido el de Gobiernos Abiertos y Transparencia. México en 2014 se unió al llamado de Barack Obama, y fue de los primeros países en integrarse a la Plataforma de Gobiernos Abiertos, con más de treinta compromisos. Hoy en día nuestro país ha modificado la agenda de la materia, y sólo mantiene siete compromisos. De los 29 restantes nos fuimos deshaciendo, no por cumplimiento; sino porque era muy ambicioso el arranque y no debíamos quedar mal.

El tópico no solo implica transparencia, combate a la corrupción y rendición de cuentas. La agenda implica abatir desigualdades y rezagos; rubro en el que México ha sido señalado en el contexto internacional.

Durante más de quince años, nuestro país impulsó y fue pionero en la apertura de Información. A partir de la Ley Federal de Acceso a la Información Pública impulsada por el Grupo Oaxaca, encabezado en su momento por la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos, la AME que me tocó dirigir de 2004 a 2007, bajo el liderazgo de Benjamín Fernández Pichardo, se creó e impulsó la conformación del Instituto Federal de Acceso a la Información; otra buena institución e iniciativa que sirvió de sustento para que varios países de la región, sentaran sus bases y sistemas de transparencia y rendición de cuentas. México de nueva cuenta daba muestras de que las cosas podían cambiar y hacerse. Hoy en día, el Sistema Nacional Anticorrupción luce abandonado con más de un año sin Fiscal y lo que fue el IFAI, hoy Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información, y Protección de Datos Personales, se observa puesto en duda ante los procesos de elección o imposición de sus comisionados Carlos Alberto Bonnin y Blanca Lilia Ibarra, cuestionados por sus vínculos con el PRI. Una vez más la institución sólida y modelo a seguir para muchos países, se observa controvertida y pierde tanto el prestigio como la confianza.

Sin duda algo hemos hecho mal; hemos demostrado que tenemos capacidad y sabemos hacer las cosas; sin embargo la ambición, los intereses, la impunidad, la corrupción, y finalmente nuestra forma de ser, nos lleva a fracasar. Hoy nuestra sociedad está cansada de esto y marca la urgente necesidad de un cambio.
Twitter: @Fernando_MoraG
Facebook: Fernando Antonio Mora