Los políticos y la democracia
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Toltecáyotl

Los políticos y la democracia

 


No sé si somos muy obcecados o muy miopes intelectualmente, pero es más que obvio, que lo que llaman la democracia representativa, creada por los grandes banqueros del “mundo libre”, no representa la voluntad de los pueblos. Está diseñada científicamente para que sea imperfecta y se culpe a los seres humanos de su fracaso permanente.

En todos los países, en todos los partidos, entre todos los políticos, en todas las elecciones, siempre existe el desacuerdo, la inconformidad, el fraude y la sospecha. No es casual que los pueblos del mundo les dan la espalda a estos procesos amafiados y defectuosos, donde en general, siempre ganan los más alejados del sentir de los pueblos. La permanente baja votación de los pueblos lo confirma.

¿Siempre ha sido así en la historia humana? Por supuesto que no. Las formas de organización de los diferentes proyectos humanos de gran envergadura y largo aliento del planeta, como son Egipto, Mesopotamia, India, China, Tawantinsuyo y Anáhuac, nos demuestran que han sido más efectivos y eficientes. Cómo se puede demostrar esta afirmación, justamente por sus grandes obras materiales e inmateriales, pese a la sistemática campaña que el sistema mundo se ha empeñado en difundir, de que eran tiranías esclavistas e inhumanas, etc. etc. y etc., para presentar a la democracia Occidental como el mayor logro de la civilización más avanzada, mismo que inicia en 1776, con la creación de Estados Unidos como primer país del mundo y su flamante sistema político, que ahora es común a todos los pueblos “del mundo libre”, sea porque lo han escogido o se lo hayan impuesto con las cañoneras y las invasiones.

La democracia representativa con sus sistemas políticos, sus partidos, sus elecciones, sus tres niveles de gobierno, sus tres poderes y su supuesto equilibro de poderes, solo esconde una vieja máxima del poder, “divide y vencerás”. En efecto, el sistema mundo está hecho, estructurado y ejercido por los dueños del dinero. Está diseñado para beneficiar al uno por ciento de los ciudadanos de los países del “mundo libre”. Al atomizar a la ciudadanía con ideologías, con partidos políticos, agendas, intereses, grupos de poder de todo tipo, se les pone a luchar a unos contra otros, mientras los dueños del dinero están totalmente unidos y fortalecidos por el interés económico.

Los dueños del dinero son muy astutos y nunca dan la cara, para eso han creado una nueva profesión, la política. En efecto, los políticos son los “gatos dorados” de los dueños del dinero, que engañan a los pueblos con promesas falsas que siempre apuntan a la mejora de las condiciones de vida y el bienestar de los pueblos, pero que en realidad trabajan para favorecer los intereses, muchas veces inconfesables de los bancos y las grandes empresas.

Afirman falsamente los apologistas de la democracia representativa de los banqueros que, “el hombre es un animal político”, como dicen que lo afirmó Aristóteles. Sin embargo, se ha tergiversado el sentido de esta idea de la filosofía griega, ya que, para los griegos, aquellos que vivían en la “polis”, es decir, dentro de las murallas de las ciudades, eran los hombres y los que vivían fuera de ellas, eran los esclavos y los “salvajes”.

Lo verdaderamente cierto, es que el ser humano es un animal comunitario. Porque solamente la organización comunitaria permite y garantiza la permanencia y reproducción de la vida. Por ejemplo, en la civilización del Anáhuac, con diez mil años de experiencia, el núcleo inicial está conformado con la familia y la milpa, para después formar un calpulli, que es la organización de 40 familias, 40 calpullis se organizan como una familia y forman un huey calpulli como una familia, 40 huey calpullis se organizan y forman una federación como una familia y, 40 federaciones se organizan y forman una gran familia llamada confederación.

En cada uno de los niveles periódicamente se convoca a una asamblea en donde el pueblo, decide su destino democráticamente votando a mano alzada, y las autoridades mandan obedeciendo. Esta es la democracia participativa tolteca que, en cientos de municipios del país, se sigue ejerciendo hasta nuestros días y que representa la democracia participativa más antigua y en funciones de la humanidad. En este tipo de democracia no existen los políticos, sino los líderes que, con el permanente servicio a la comunidad a través del tequio, van ganando un prestigio y reconocimiento en la comunidad.

Educayotl, A.C. “Educar para el futuro con la sabiduría del pasado”. www.toltecayotl.org