Consulta entre contrastes
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Consulta entre contrastes

 


Cuando salgan a la luz pública las líneas de este senderista, ya sabremos con claridad qué sucederá con la comunicación aérea en el valle del Anáhuac, con todos los efectos que tendrá en lo inmediato, a mediano y largo plazos, pero marcará sin duda la línea política a seguir del gobierno federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador a partir del próximo 1 de diciembre.
Se ha debatido demasiado en torno de este tema de vital importancia en tiempos de modernidad. Los técnicos han aportado sus fundamentos sobre la viabilidad del nuevo aeropuerto en Texcoco y los avances que lleva la gran obra, que no es precisamente un proyecto original de Enrique Peña Nieto, y los que proponen las adecuaciones de la base militar de Santa Elena para que opere simultáneamente con el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con todos los inconvenientes que advierten los conocedores.
Los políticos y los analistas políticos y financieros han emitido reiteradamente sus puntos de vista, en pro y en contra. Los funcionarios de la administración saliente lo han fundamentado y defendido a más no poder. Los seguidores del presidente electo votaron, lógicamente, en contra del proyecto de Texcoco porque un gobierno priista le dio seguimiento y porque además fue una bandera de campaña electoral de echarlo abajo al considerar que hay indicios fehacientes de corrupción de alto grado y un impacto ambiental de gran alcance.
Mientras se ultimaban los detalles de la muy cuestionada consulta y se iniciaba el proceso con numerosas fallas, en diferentes regiones del estado de Oaxaca los habitantes se enfrentaban a los estragos de la tormenta tropical Vicente que afectó a más de 150 municipios y los auxilios de los gobiernos estatal y federal han estado llegando días después.
Los pueblos se declararon en completo abandono por parte de los gobiernos federal y estatal al no contar de inmediato con la intervención requerida. Hasta el viernes pasado la Coordinación Estatal de Protección Civil tenía registradas 13 personas fallecidas y los mayores daños materiales fueron en carreteras pavimentadas y caminos de terracería, sin descartar también las condiciones en que quedaron muchos planteles educativos, los cuales hay que evaluar para su rehabilitación.
Hay comunidades indígenas que sufrieron de manera consecutiva los efectos de los fenómenos naturales en los tres últimos años y eso agrava su situación porque apenas se están recuperando poco a poco. En marzo del año 2016, en el municipio de Santiago Zacatepec Mixe, el paso de una tormenta invernal destechó alrededor de 200 viviendas, la mayor parte en la cabecera municipal y en menor escala en las agencias municipales de San Juan Metaltepec y La Candelaria.
El año pasado, los sismos de septiembre derrumbaron y cuartearon paredes de varias casas en Zacatepec y la Fundación Alfredo Harp Helú salió en su apoyo para construirles 32 casas tradicionales que llevan hasta el momento un avance del 40 por ciento.
En esta ocasión, las vías de comunicación que enlazan a los pueblos de la parte media de la Sierra Mixe y Zapoteca son las que salieron más afectadas; se interrumpió el servicio por varios días y apenas se está restableciendo. Pero hay también pueblos chinantecos pertenecientes a Santiago Choapan, como Santa María Yahuivé, Tres Cruces y Yaveloxi, que necesitan la ayuda necesaria y urgente.
Ante la desaparición de cuatro personas de san Juan Metaltepec y el cierre de la carretera federal por el deslave de un cerro, los habitantes de Santiago Zacatepec y la agencia municipal se organizaron para ir al rescate de ellas, un esfuerzo que no ha tenido éxito todavía, y también para desalojar a pico y pala, con el apoyo de maquinaria pesada que envió el gobierno, la gran cantidad de tierra y lodo que invadieron la carretera. La labor solidaria culminó el jueves en la tarde y se reanudó la circulación de vehículos de motor ligeros.
Hay también otros pueblos olvidados, como san Pedro Ayacaxtepec, perteneciente al municipio de santa María Alotepec, que claman porque la mirada gubernamental se dirija hacia ellos. De igual manera Totontepec villa de Morelos y sus agencias que resintieron los efectos de la tormenta Vicente. Caso especial es el de san Pedro Ocotepec que mantiene conflicto de límite con San Juan Juquila y no tiene por dónde salir en caso de emergencia como en esta caso. En Ocotepec hubo pérdida de vidas humanas. En fin, la triste historia de los pueblos marginados es larga.
Qué contraste social vivimos y esa la realidad mexicana. Mientras por un lado se realizaba la consulta en torno a la sede del nuevo aeropuerto internacional, por el otro lado miles de personas no podían estar tranquilos ante el riesgo de ser víctimas de los fenómenos naturales. Pero queda una lección: las comunidades indígenas y urbanas deben estar preparadas para enfrentar cualquier emergencia.