Con el nuevo gobierno federal, forzosamente tiene que surgir una nueva generación de periodistas para hacer a un ladito a los chayoteros de lujo tradicionales que comen de la corrupción y defienden la impunidad a morir.
Los medios masivos de comunicación concesionados a la oligarquía que cogobernaba con la partidocracia neoliberal, tendrán que buscar a comentaristas que inspiren confianza, sino quieren seguir perdiendo el respeto de la comunidad.
En materia política y particularmente en las relaciones en los tres órdenes de gobierno con la comunidad, se tendrán que revisar muy a fondo los departamentos de comunicación social contratando servicios de comunicadores respetados en lugar de darles chamba a compadres inútiles.
Los corporativos de comunicación comerciales, están obligados a despedir los rostros y las voces que ya no producen ni tienen la capacidad de competir con los miles de canales de comunicación masiva que operan en las redes sociales del internet.
A pesar de todo, lo que vale es aprovechar lo negativo de la conducta de los irresponsables en el manejo de una área o dependencia sensible a las críticas y a la lupa de la opinión pública, con el fin de dar buen ejemplo en el comportamiento cotidiano en el trato a los medios y en la transparencia de los recursos públicos que les son asignados.
No es raro que en México las áreas de Comunicación Social y Prensa algunas veces se presten para el saqueo descarado de los gobiernos de los estados y en otras instituciones públicas y privadas. Son dependencias a las que deberían aspirar a llegar las personas calificadas por su trayectoria y honestidad y no por su voracidad pecuniaria.
En muchas ocasiones son áreas de oportunidad para la consolidación de una carrera periodística bien cimentada, cuya misión es mantener un buen trato con reporteros de todos los medios masivos y ejecutivos de las relaciones públicas, aunque hay quien falla a su vocación de servicio y termina manchándose las manos y la conciencia por el abuso de poder y la rapiña al más alto nivel.
Sin la menor intención de incomodar a alguien, puedo asegurar que nuestra clase gobernante, no entiende que la prensa libre y capaz de señalar los errores de los gobernantes, es una herramienta de oro para hacer mejores gobiernos, y que termina beneficiando a la sociedad y a los mismos criticados.
Pero es más, los periodistas libres, además de señalar cosas sucias de los funcionarios públicos, son un factor determinante para distinguir con toda claridad, quienes de los comunicadores merecen la confianza del pueblo.
Aquí cabe decir: ¡Dime en que empresa de comunicación trabajas y te diré quién eres! Además el pueblo ya despertó y saben quienes de los comunicadores halaban a sus padrinos poderosos. El pueblo tiene la palabra.
Y caray, los chayoteros de lujo, esos que se ubican como intelectuales o académicos, pero que están aislados en las torres de los grandes corporativos empresariales, no sirven para generar confianza, ni construyen buena imagen de los gobernantes.
No hay de otra, los gobernantes y los periodistas aprenderán a ser transparentes para terminar con los arreglos mafiosos en lo oscurito en perjuicio de la sociedad. Los llamados jefes de prensa de los organismos públicos y privados, están obligados a superar inercias impuestas por la oligarquía mafiosa.
El pueblo requiere de periodistas del mismo pueblo para confiar en sus gobernantes. De esto, las redes son ejemplo.
AVISO OBLIGADO: Muy cercano el Día de la Libertad de Expresión (7 de junio), quien escribe esta columna, no autoriza a ninguna “organización de periodistas” a pedir en mi nombre, apoyos para festejos a periodistas, tampoco para aniversarios de revistas, ni para cumpleaños, carnes asadas, celebraciones de cuates, congresos de reporteros y proyectos culturales…
Ni para otras ocurrencias como cubrir necesidades relacionadas con familiares enfermos, entierros y otros pretextos. ¡Denuncie a las organizaciones de periodistas pedigüeñas! Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!
“Nunca subestimen el poder de la palabra escrita”
Es mi opinión. Y nada más…
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