Después del triunfo de Donald Trump pareciera que los Estados Unidos no entienden que no entienden: elegir a un multimillonario, opulente, frontal y polémico, modelo de ultraderecha e incluso con asuntos pendientes con la justicia, dice mucho más de los estadounidenses que de su ahora presidente número 47.
Pero por qué si a todas luces Donald Trump era el peor candidato a ser nuevamente presidente ¿por qué perdió Kamala Harris? El triunfo del republicano representa una nueva cara del establishment político, salido de caja, un modelo a seguir en pleno auge mundial de los ultras y un rechazo a la agenda progresista. Sin embargo, en la ecuación, Kamala impulsó este triunfo y hoy desde la Casa Blanca disfruta de sus últimos meses en el poder.
Kamala Harris llegó tarde a la contienda. El partido demócrata mantuvo a Joe Biden por mucho tiempo desgastando su agenda y su imagen frente a los votantes indecisos e impusieron a una candidata que sin ir a las primarias echó sobre su espalda la responsabilidad de lucha con un monstruo mediático como Trump, haciendo supuestos sobre su aceptación y el impulso que podría traer a la contienda una candidata mujer y de origen indoestadounidense.
La candidata demócrata y aspirante a convertirse en la primera mujer presidenta del país más poderoso del mundo, jugó mucho con el electorado, su doble discurso y su incapacidad de romper con las políticas de Biden, políticas que además tienen a un país preocupado por la inflación, la migración y la guerra, la llevó a parecerse un poco más a Trump, pero sin terminar de convencer a los seguidores del empresario. No convenció ni a las mujeres, ni a la población joven ni a los latinos.
Sin duda los estados bisagra o columpio fueron decisivos en esta elección, el terreno que había ganado Obama e incluso Biden fue perdido por Harris, en
Pensilvania en el Condado de Filadelfia, por ejemplo, los demócratas tenían el 81%, en esta elección apenas pudieron alcanzar un 18%, lo que demuestra que su estrategia no funcionó, que existe una decadencia política en Estados Unidos, o ambas.
Además, el avance de Trump entre los jóvenes fue notable en esta elección, tanto en hombres como mujeres, los datos contrastan incluso con países como Reino Unido o España donde el avance de la derecha y ultraderecha se concentra principalmente en los hombres. Sin embargo, lo que sorprendió más fue la inclinación de los latinos hacia el candidato republicano, aunque hace cuatro años Biden ganó con el 59% de los votos en ese grupo, ahora Trump se impuso sobre Harris por 10 puntos, de acuerdo a proyecciones demográficas de estas elecciones.
Con la derrota de Kamala Harris también pierde la casta mediática, la élite hollywoodense y los medios de comunicación, incluso las casas encuestadoras que proyectaron un escenario distinto al que vimos este “super martes”. Buscaron imponer una agenda desfavorable hacia Trump, quien parece representar una visión más tradicional de Estados Unidos, y con la que conectó su población.
Con la victoria de Trump queda mucho por analizar, el comportamiento del electorado y la aceptación a la adenda derechista que es cada vez mayor, con la derrota de Kamala, mucho por reflexionar sobre el impacto que tiene el doble discurso y la imposición del carisma sobre los actos cometidos en el quehacer político.