Es plausible que el presidente Andrés Manuel López Obrador ponga en libertad a quienes están presos injustamente, pero sería mucho mejor que al mismo tiempo, metiera a la cárcel a los que injustamente viven en la impunidad.
A unos días del primer informe de AMLO, los mexicanos decentes no saben cómo explicara su tibieza para castigar a esos rateros que nadan de muertitos a pesar de que la CT tanto cacarea su combate a la corrupción y la impunidad.
Es claro que su propuesta personal de gobernar sin venganzas, a estas alturas es dulce tapadera para los peces gordos, dando la impresión de que AMLO efectivamente pactó con los mafiosos del poder para darles impunidad a los rateros reconocidos.
El presidente López Obrador no entiende que “la justica” selectiva no es justicia; es complicidad que más pronto que rápido le cobrará factura en las urnas donde el pueblo no perdona ese tipo de complicidades que tanto dañan a la nación.
Desde esta modesta columna de comentaros siempre apoyamos al gobierno del cambio de Morena, por eso, así como reconocemos lo bueno de la CT, que es mucho, también tenemos la obligación de denunciar lo que no sirve a los mexicanos.
Mientras AMLO no meta a la cárcel a los rateros, los ciudadanos decentes verán que el mismo López Obrador es cómplice de la familia que tanto daño hizo, hace y posiblemente sigue haciendo a la sociedad.
El presidente López Obrador no entiende que está faltando a su palabra, de castigar a los rateros de altos vuelos. Al faltar a su palabra rehúye a su compromiso de combatir la corrupción y la impunidad de arriba hacia abajo, como se limpian las escaleras.
Es grave contradicción que el gobierno de AMLO que presume luchar contra la corrupción y la impunidad de arriba para abajo, resulte tapadera de los expresidentes de México que tantos agravios le hicieron a la sociedad.
Agazapado en su teoría personal de “la no venganza”, López Obrador y el movimiento Morena, decepciona a quienes le dieron su confianza en las urnas, y deja en la impunidad a las cabecillas de los mafiosos del poder que tanto ataca de dientes para afuera.
El doble discurso de López Obrador, hace que sus adversarios más peligrosos sigan siendo intocables, y aquello de que “nada, ni nadie, por encima de la ley” quede en el aire, ante el descontento de muchos mexicanos que lo apoyaron confiados en que aria un gobierno diferente.
Es inaceptable, que los peces más gordos sigan gozando de la protección presidencial, porque ante la teoría de “la no venganza” la misma fiscalía federal, por muy independiente que sea, se ve impedida de proceder contra los criminales que se burlan del gobierno que tanto presume luchar contra los corruptos.
Muchos programas buenos tiene el gobierno de AMLO, pero su tibieza para castigar a los verdaderos criminales lo deja muy mal parado ante los mexicanos decentes y ante la comunidad mundial que espera mayor rigor en la aplicación de la ley contra los corruptos mayores.
Mientras AMLO y su trillada CT no proceda contra los expresidentes, los ciudadanos decentes y los indecentes también, podrán decir, sin mentir, que resultó igual de alcahuete que sus antecesores: Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que nada hicieron contra los peces gordos tradicionales.
Asimismo, si AMLO no procede contra los de los cabecillas de los mafiosos del poder, su gobierno será flor de un sexenio para que todo siga igual.
De no cumplir con su palabra, la corrupción aflorará en todos los órdenes de gobierno y el mismo AMLO pasará a la historia como lo hicieron sus antecesores. Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!
“Nunca subestimen el poder de la palabra escrita”
Es mi opinión. Y nada más…
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