Oaxaca; crónica del encuentro de los símbolos
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Oaxaca; crónica del encuentro de los símbolos

 


(Parte 1)

El pasado día 2 de septiembre (021) estalló en la Ciudad de Oaxaca una bomba rica en simbolismo masónico, explico. La bandera monumental que vive en el cerro del Fortín (sic) unida está a una hasta, fue desprendida de su hábitat por el viento huracanado; al ser desabrochada el cuerpo tricolor de tela y su águila bordado cae al suelo de ese montículo. 

Una vez más el pueblo practicando el ejercicio de “todos en uno” acude a levantar del suelo el Lábaro patrio y, cargando cada uno un girón da tiempo a los soldados, que acudieron ipso facto, para organizar la urgente arriada. 

Civiles y militares desenredan de una jacaranda esa enorme bandera la doblan (o como se diga) y pasan a la siguiente posición. 

Y dije “una vez más” pues eso ya sucedió justo en el zócalo de la Ciudad de México y decenas de personas acudieron a levantar del suelo el símbolo patrio.

Como primer apunte simbólico diremos que -cuando sucedió lo de la caída de la bandera en el fortín, Juárez, desde su estatua, estaba observando todo y, seguramente se emocionó al ver a Mixtecos, Zapotecos y mestizos afanarse en alzar ese símbolo.

Más. Hasta aquí sólo estamos narrando un hecho, lo simbólico viene ahora.

Tras la caída y reacción del pueblo al ver su bandera en el suelo,  el gigantesco pendón fue llevada a un punto geométrico perfecto, si digo calle Murguía 225 Centro no habrá ningún mensaje al psiquis, ahora, sí os digo que el símbolo patrio se dio en depósito a la Muy Responsable Gran Logía Benito Juárez García de Libres y Aceptados Masones del Estado de Oaxaca y que esa fue tendida en el mezzanine  del taller de ideas bajo la mirada (desde sus marcos) de todos los Pasados Grandes Maestros de la Gran Logía del Estado  fundada en 1883, la explicación comenzaría a tomar forma.

Es decir, la bandera monumental que simboliza a la Patria Mexicana y que, como en decenas de astas y banderas en el país, lucen gigantes y orgullosas fue tumbada por los vientos huracanados que en ese momento flagelaban el cerro del Fortín; quienes vieron eso no dudaron levantar a esa reina que había caído al suelo. 

Lo más intenso de esa serie de eventos está en la confianza del mando militar con la Logia de Oaxaca; hoy, la Bandera de México que tiene como hogar el Fortín de Oaxaca está al cuidado de los Past Master de la Logia de Oaxaca, y, acá viene lo más simbólico, esos Maestros no ven una bandera, desde sus cuadros en la pared observan un templo masónico. Una columna verde, otra columna roja y entre esas, el águila devorando una serpiente en el lugar donde debería estar el Ara…..

Con un gesto amable Paul von Hindenburg extiende la mano abierta y con la palma hacia arriba hacia el sargento Fibronio Limón; el soldado agradeció el gesto y entonces tomó la palabra.

-Los símbolos como tales, generan emociones ante quien los observa, hay desde los que generan un rechazo por su propia historia como la swastika alemana o la cubierta facial del ku klux klan, hasta los que despiertan esperanza como la Paloma de la paz que representa paz y reconciliación entre los pueblos- una mirada de orgullo se desprende desde el rostro de Hindenburg; Limón continúa.

-Sin embargo, desde una óptica más aguda como la de las ciencias sociales, los símbolos en ocasiones generan otro tipo de emociones que al final vienen a constituir la identidad de los pueblos; hay de todo tipo: banderas como las que representan a los países, estandartes que representan a algunas unidades militares, gestos y ademanes que simbolizan sobre todo movimientos de resistencia, y por último himnos y marchas que unifican mediante el canto de historias y alabanzas, generando sentimientos de naciones-. Un trago de agua hace a veces de punto y coma.