La agenda de AMLO
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Mis dos centavos

La agenda de AMLO

 


“El que se aflige se afloja, y no, nos vamos a aflojar”
Andrés Manuel López Obrador (10 enero 2019)

 

Después de los resultados en las elecciones presidenciales de 2006, Andrés Manuel López Obrador, tuvo una re estructuración de su equipo de comunicación, los nuevos estrategas que comenzaron a trabajar con él –entonces candidato—supieron moldear al tabasqueño con base en lo que las nuevas corrientes demandaban.
Se vio a un López Obrador que sorteó la campaña de la Operación Berlín, con un sencillo video en el puerto de Veracruz, diciendo que esperaba el submarino ruso que le traía el oro de Moscú y que dejaba de ser el Peje para ser Andrés Manuelovich, lo que se llevó titulares en la prensa.
A partir de ahí, frases como las de “Amlodipina”, “fifís”, “abrazos, no balazos”, “Ricky, riquín, canallín”, “no lo tiene ni Obama”, “frijól con gorgojo”, “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre” hasta los más recientes de “me canso ganso”, “antes no había un estado de derecho, era un estado de chueco”, “el huachicoleo es tan grave que casi había un Pemex pirata” entre otras frases más con las que Obrador ha marcado la agenda pública.
Cada uno de esos momentos tienen un impacto en los medios de comunicación, en “las benditas redes sociales” y desde luego en las planas y planas de análisis y comentarios sobre las declaraciones del presidente.
En la mayoría de las ocasiones, las críticas se centraron en señalar a López Obrador como un nuevo dictador, como una persona que evade responsabilidades, alguien que no va de acuerdo a los estándares de países como Estados Unidos, Brasil, España, Francia y lo asocian con Rusia y principalmente, Venezuela.
Periodistas, ex presidentes, políticos, escritores dedican parte importante de su vida en redes sociales y medios de comunicación donde tienen espacios, a señalar a Andrés Manuel López Obrador, a criticar sus declaraciones, como la de solicitar que España pida perdón a México por la conquista, en este apartado el ex presidente Vicente Fox Quesada escribió en su cuenta de Twitter @VicenteFoxQue “Te has convertido en la burla de todo mundo. Que lástima un presidente así”.
Ustedes lo han podido ver, cuenten el número de memes que vieron en esta semana sobre López Obrador, cuántas columnas de opinión fueron dedicadas sobre sus declaraciones de “España y la conquista” o de “la porra fifí en el beisbol” o más fácil, entren a su cuenta de Facebook y cuenten cuántas de sus amistades virtuales escribieron o compartieron algo sobre lo que dijo el presidente, ¿bastantes cierto?
Y mientras esto sucede en el ámbito mediático. Mientras se generan los memes que inunda las redes sociales, el país deja de discutir otros temas de vital importancia, como la reforma educativa, la revocación de mandato, el retiro de presupuesto a las estancias infantiles y la poca información sobre investigaciones que la sociedad requiere, Pemex, Casa Blanca, Odebrech, la Operación Berlín, los 43 de Ayotzinapa, el Tren Maya y la consulta a las comunidades del Istmo de Tehuantepec.
Lo que estos más de 100 días de la administración de Andrés Manuel López Obrador han mostrado es la capacidad de un político al que le costó adaptarse a los nuevos paradigmas de la comunicación, pero que hoy se siente a gusto dando sus conferencias matutinas, abriendo el espacio para los propagandistas “Youtubers” que lo apoyaron en las redes sociales y que hoy se sienten periodistas, o tomando su tiempo para tener un diálogo con periodistas que se sienten políticos y respondiendo –en la medida de sus intereses—a los periodistas ejerciendo el periodismo.
Obrador pasó de ser “un peligro para México” a un “cabecita de algodón”, que en ocasiones deja entrever al “Peje” que perdió en dos elecciones presidenciales, aquel que no aguantaba las críticas, ese que dedicó un sexenio a menoscabar la confianza ciudadana en sus instituciones.
Hoy sus detractores mantienen una estrategia de generar encono y polarización, mientras que sus admiradores siguen la misma línea que sus antagónicos que han dividido a México en “fifís vs chairos” y en medio de todo esto, gran parte de los votantes que siguen esperando resultados por el nuevo gobierno, guste o no quién ostente el cargo de Presidente de la República.
El equipo de estrategas de AMLO comprendieron bien, lo que hoy determina la línea de la agenda pública es una comunicación más participativa, global, operativa, en tiempo real e interpersonal, donde la publicidad no es la parte medular, sino la estrategia para difundir el discurso.
Y en ese terreno, el “cabecita de algodón” vaya que es un peligro para sus detractores que no han descifrado el cómo marcar la agenda pública y terminan bailando al son que les marque el peje.
@argelrios