A raíz de los pronunciamientos del Comisionado Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en relación a suspender la transmisión de las conferencias mañaneras del presidente López Obrador durante campañas electorales, se ha generado una importante discusión. Por una parte, están quienes consideran que las conferencias matutinas son un auténtico ejercicio de rendición de cuentas, mientras otros aseguran que es un circo.
Con más de 500 transmisiones, las conferencias “mañaneras” se han convertido en la principal plataforma de comunicación del presidente. Inician a las 7 de la mañana y pueden durar hasta dos horas. En ellas se han tratado diversos asuntos: seguridad, educación, salud, economía, entre otros. El presidente informa sobre las actividades de su gobierno, además instruye al gabinete a atender las problemáticas o quejas que señalan los periodistas, también hay pronunciamientos sobre hechos de carácter local e internacional. Todo ello le permite al presidente marcar la agenda política de cada día.
Sin lugar a dudas, hay que reconocerle a López Obrador el esfuerzo por abrir un espacio de interacción entre los medios de comunicación y el gobierno federal, algo que por muchos años fue imposible. Hasta hace poco, era difícil imaginar a un presidente informando sobre su labor, y era mucho más difícil verlo respondiendo a críticas o comentarios incómodos. Desde las irregularidades cometidas por funcionarios federales hasta los beneficios que han obtenidos algunos de sus familiares, son algunos de los temas que ha tenido que enfrentar López Obrador en las “mañaneras”.
Por otra parte, tiene poco sentido este ejercicio cuando constantemente se dice que las problemáticas del país son resultado de los gobiernos neoliberales, lo cual nos habla de que no existen diagnósticos claros ni soluciones. También resta valía que, ante cuestionamientos que se realizan con cifras oficiales, el presidente diga que tiene “otros datos”, y al final no termine por ofrecerlos. Por ejemplo, en marzo del año pasado, cuando inició el confinamiento por la pandemia de COVID-19, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer que las llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer alcanzaron una cifra histórica, por lo cual, los representantes de los medios de comunicación cuestionaron a López Obrador. ¿Qué respondió el presidente? Negó una y otra vez que la violencia contra las mujeres haya incrementado durante el confinamiento, incluso se atrevió a afirmar que “el 90% de llamadas de mujeres al 911 son falsas”. Esta aseveración nunca la demostró, mientras que la Oficina de la Presidencia respondió, a una solicitud de información, que era incompetente para dar esa información.
Como ocurrió con el caso expuesto, durante las conferencias mañaneras el presidente ha emitido una gran cantidad de comentarios que no se sustentan en datos, investigaciones o informes. Según el portal Verificado, del 4 al 8 de enero de 2021, AMLO expresó 42 frases verificables, 24 resultaron ser verdaderas, en tanto las 18 restantes se dividen en igual cantidad entre falsas y engañosas, esto significa que 4 de cada 10 mensajes factuales con los que arrancó este año el ejecutivo, no fueron ciertos. Este hecho se inserta en medio de una discusión relevante: la propuesta del presidente de desaparecer al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Es un paso importante que haya más espacios de interacción entre los medios de comunicación y la presidencia de la República, no obstante, son de poca utilidad cuando el jefe del Ejecutivo no brinda información concreta, clara y precisa.
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