La pérdida de empleos y la escasez de recursos económicos es lo que está dejando la pandemia en Oaxaca, en México y en el mundo, la falta de la circulación de la moneda hace difícil la vida de los sectores más vulnerables de la población, y al parecer la crisis va agudizarse ya que de acuerdo a la secretaría de salud en nuestro país pronto entraremos en fase tres y Oaxaca no está exento de los perjuicios que lo alcanzan y lo abrazan con más estrechez cada vez más.
Ya podemos apreciar como diferentes sectores de nuestra sociedad oaxaqueña levantan la voz para expresar que realmente se encuentran viviendo en un estado de zozobra; taxistas, comerciantes, ambulantes, pequeños comerciantes e incluso grandes empresarios, la diferencia es que algunos no tienen los recursos económicos para pasar el día, para comprar productos de la canasta básica y por lo tanto para mantener a sus familias.
Estamos viviendo una realidad que se contrapone con lo que establece el artículo 123 de la constitución mexicana que establece que toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social del trabajo conforme a la ley.
¿Pero cómo hacer efectivo un artículo constitucional en tiempos de pandemia cuando en tiempos “normales” tampoco se aplica a un gran sector de la sociedad que necesita empleo? Nuestra constitución es el ideal a alcanzar en lo que a nuestra organización social se refiere pero cuando enfrentamos circunstancias reales donde palpamos situaciones adversas es donde debemos encontrar respuestas y soluciones.
Estamos viviendo una realidad triste pero que debemos afrontar todos como humanidad, siempre he pensado que la palabra humano es un título que desde mi punto de vista lo ganamos con nuestras acciones y éste es un buen momento para mostrarlo, como dicen, ningún marinero se hizo el mejor sin pasar por grandes tormentas.
Probablemente nuestro campo de acción no sea tan amplio pero el ser sensibles y empáticos siempre será un buen camino a la grandeza humana, no podemos confiarnos de que un gobierno solucione todos nuestros problemas, por supuesto que tenemos el derecho de exigir a que cumplan con lo que les corresponde pero el exigir no nos quita la libertad de hacer y ser.
Ser buenos humanos, ser buenos vecinos, ser buenos jefes, se buenos amigos y buenos hermanos, porque solo el sentimiento de solidaridad, fraternidad y amor humanitario nos hará voltear al pasado, cuando ésta pandemia halla pasado y poder decir, actué bien, fui un buen humano.
No es tiempo para la mezquindad y el egoísmo, es tiempo de compartir y actuar humanitariamente, como dicen, donde comen dos comen tres, donde comen cinco comen diez, donde come una décima parte de Oaxaca puede comer todo Oaxaca, de hecho esa ha sido la grandeza de nuestro hermoso estado, por nuestra guelaguetza somos conocidos en todo el mundo, no sé si tendremos una guelaguetza de bailes y folclor pero lo que si podemos tener es una guelaguetza en el sentido de la cooperación mutua entre vecinos y oaxaqueños que nos podrá hacer pasar dignamente ésta crisis.
El apoyar con alimentos a nuestros conocidos, el no despedir a personal que tengamos trabajando en nuestras casas, empresas y negocios, el no entrar en pánico y poder ceder un poco de lo que tenemos para compartir, el mantener nuestra fortaleza para salir de ésta situación todos juntos, entregando nuestra guelaguetza a quien podamos nos hará darle un buen remedio humanitario a la pandemia actual.
Sigamos siendo grandes, sigamos siendo oaxaqueños, sigamos entregando nuestra guelaguetza.
