Las personas de la tercera edad hoy día enfrentan grandes desafíos
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Las personas de la tercera edad hoy día enfrentan grandes desafíos

 


Las personas de la tercera edad hoy día enfrentan grandes desafíos, como bien puede citarse los adelantos tecnológicos que si la generación “X” hemos ido aprendiendo conforme a la marcha, y en ocasiones nos cuesta trabajo comprender el funcionamiento de alguna app o programa, a ellos, los más osados les cuesta el doble, y aunque le batallan son persistentes, otros de plano no quieren saber nada de tener un celular y menos de hacer trámites engorrosos en los cajeros automáticos. En fin, parece ser que estamos en un mundo raro donde a nuestros viejitos las cosas se les presentan cada vez más complicadas.

Y lo anterior viene a colación porque en días recientes en el Senado de la República se presentó el libro “Ser Grande, Guía para lograr un envejecimiento exitoso”, de la panista Josefina Vázquez Mota, en donde plantea que México envejece sin rumbo. La autora indica que en poco más de 30 años, por cada 100 niños habrá 104 adultos mayores en el país y ésa es una realidad para lo que no nos estamos preparando. Así Vázquez Mota ideó una guía para ayudar a los mexicanos a envejecer.
En serio, hacía falta un volumen como éste, porque se plantean reflexiones interesantes de especialistas sobre qué hacer, cómo entender y cómo preparase para una expectativa de vida más prolongada.

En la actualidad asilos y casas hogar están plenas de personas de la Tercera Edad, muchas de ellas en situación de abandono, porque no tienen un familiar capaz de velar por su bienestar físico y emocional. En ocasiones hay hijos que por tener otra familia, por una vida de ocupaciones o por desagradecidos, son incapaces de estar al pendiente de sus viejitos. Es por ello que muchos de ellos desean llamar la atención, seguir sintiéndose útiles, e imploran por compañía y cariño.

Por ello es plausible la publicación del libro de Vázquez Mota, que aborda desde el desamparo de un sector de la población que se encuentra en la informalidad, que no tiene acceso a pensiones y para quienes envejecer no es una buena noticia; hasta la falta de geriatras para atender a una población que considera poco o nada asistir a un especialista adecuado para su edad.

El texto nos invita primero a dar visibilidad, a reconocer que el proceso de envejecimiento tiene que ser un proceso para el cual nos tenemos que preparar física, mental, emocional y espiritualmente, nos invita dice Vázquez Mota: -“A reconocer que no hemos trabajado lo suficiente en nuestro país, ni tampoco con nuestra persona”. Abunda que nuestras ciudades no son amigables, hay una gran cantidad de banquetas, de edificios que no consideran rampas…

En fin, cuántas veces hemos visto a viejecitos privilegiados asistiendo en tiendas de autoservicio, son los que tuvieron un empleo formal, gozan de una paupérrima pensión en muchos casos, y les dan oportunidad de allegarse de unas monedas de forma cotidiana. Los hay que pagan por trabajar como franeleros, y los que de plano nomás no pueden emplearse, por falta de oportunidad, de suerte o por tener una enfermedad.

Éste tema daría para escribir varias páginas más, porque son nuestras personas de la Tercera Edad quienes debieran dedicar lo que les queda de vida a disfrutar del tiempo con dignidad, retribuidos por el amor de su familia, en agradecimiento a lo que en su oportunidad hicieron por nosotros, desde enseñarnos a dar nuestros primeros pasos, hasta ha hablar, leer y orar. Es tiempo de dignificar y valorar a nuestros viejitos, ponernos de vez en cuando en sus zapatos, que al fin y al cabo muchos nos encontraremos en la misma circunstancia a su debido tiempo.
Y el gobierno desde luego debe fomentar el estudio de la geriatría y capacitar a quienes atienden a las personas de la Tercera Edad, que de por si al paso del tiempo han disminuido sus facultades.

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