Diferencias entre la vieja y la nueva izquierda en América Latina
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Diferencias entre la vieja y la nueva izquierda en América Latina

 


Hablar de la izquierda en América Latina es un tema complicado, en virtud que implica una controversia de gran magnitud, porque podemos encontrar teorías o prácticas similares o incluso compartidas, y otras totalmente opuestas. Un tema del que mucho se ha hablado puesto que, ha despertado en muchos una pasión revolucionaria y un coraje férreo, mientras en otros ha sido causante de las más duras críticas.

En primer lugar, es necesario hacer la distinción conceptual sobre la izquierda en Latinoamérica. De manera general pero con diferencias entre  ellos los partidos de izquierda se caracterizan por ser un movimiento político con antecedentes históricos en partidos socialistas o comunistas, movimientos sociales de bases, organizaciones populistas u otras fuerzas políticas, los cuales se enfrenten contra las fuerzas tradicionales, en busca de objetivos revolucionarios o de transformación.  Para Ramos (2001), desde su nacimiento, los partidos de izquierda oficiales se han caracterizado a lo largo de la historia por la defensa de los intereses de las clases excluidas bajo el orden oligárquico. Es así, como adquieren relevancia los movimientos de la clase obrera, los obreros agrícolas o campesinos, sectores de las clases medias y los artesanos.

 

Ahora bien, durante la primera mitad del siglo XX ocurrieron una serie de acontecimientos que son catalogados de izquierda, como fueron: La revolución mexicana realizada bajo la consigna “Tierra y Libertad”, la lucha guerrillera de Sandino contra las tropas de ocupación estadounidense en Nicaragua y la Revolución cubana, entre otros, hasta el término de la guerra fría y la desintegración de la URSS, hecho histórico que marcó el fin de la vieja izquierda en América Latina.

 

La “nueva” izquierda nace en un contexto que se caracteriza por un repliego de los poderes militares autoritarios, y un avance en partidos que tienen como base un sistema democrático. De la misma forma que se ve impulsada por los avances de la revolución científico-tecnológica y sus efectos en el proceso productivo, la globalización de la economía, la imposición del neoliberalismo como sistema hegemónico, las crisis financieras, el control de los medios de comunicación masiva, así mismo buena parte de su novedad organizativa e ideológica proviene del movimiento indígena, de las organizaciones campesinas, de los movimientos de desempleados, de la movilización de trabajadores rurales sin tierra, de las organizaciones de negritudes, del movimiento feminista y de otras formas de movilización social.. De la misma forma los actuales partidos o movimientos abandonan las violentas y revolucionarias ideologías y tácticas del inicio, para abrir paso a estrategias políticas que les aseguran un espacio en la arena política, a través de vías democráticas. Este elemento ha sido fundamental en esta transición, pues les brinda a los movimientos de izquierda actuales la necesaria legitimidad social y política para constituirse en una verdadera fuerza de cambio, tanto a nivel nacional como internacional.

 

Los retos de la nueva izquierda, son pues, no solo canalizar el descontento contra el neoliberalismo si no también la construcción de alternativas que promuevan la equidad a corto, mediano y largo plazo, así como aprender de los errores de pasado para posibilitar un futuro diferente, al mismo tiempo que se avanza con el paso del desarrollo internacional.