El lenguaje como sistema de comunicación cambiante
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El lenguaje como sistema de comunicación cambiante

 


“Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global”.
-Gabriel García Márquez. Zacatecas, México, 1998.

Del 17 al 29 de octubre se llevó a cabo la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, el gran evento literario de México y festival de fomento a la lectura más entrañable de Latinoamérica. Un encuentro de escritores, poetas, artistas, traductores, ilustradores, periodistas, editores músicos y todas aquellas personas que trabajan y forman parte del quehacer cultural en diversos lugares. Desde su promoción hasta su desarrollo hubieron temas que causaron mucha polémica para la FILO, como la posición que tomaron algunos colectivos feministas respecto a al enfoque que decidieron darle a la labor de la mujer en este ámbito, así como también se reflejó un descontento por parte de los ciudadanos por el uso de las “X” en el letrero de la entrada del Centro de Convenciones donde se desarrolló la FILO, en el cual podía leerse: BIENVENIDXS. En relación a lo anterior, surgen las siguientes interrogativas, ¿por qué el cambio de una letra puede incomodar tanto? ¿Por qué agregar el sufijo para formar sustantivos de acción? Como decir, la “me voy realizar la morición o la suicidación” pero, ¿por qué cambiar la “X” o la “E” como lo hace el lenguaje inclusivo nos resulta tan humillante?, ¿el lenguaje es el acuerdo de los hablantes para comunicarse o no? ¿Puede conservarse sin ser tergiversado o transgredido? Para poder responder algunas de las preguntas, es menester hacer uso del estudio de la lingüística, y recurriré a Fernidand Saussure (considerado el padre del estudio de la lengua moderna) para poder exponer el tema, él centro su investigación de la lengua en su estructura y organización interna, de esta forma determinó que esta se compone de unidades básicas relacionadas entre sí, como lo es “el concepto” y la “huella mental del concepto”, que se relacionan en el cerebro del individuo. Ambas facetas constituyen el “significado” –imagen fónica- y el “significante” –imagen icónica- de la lengua. Uno de los conceptos que más me gusta de la lengua es el siguiente “es el conjunto de signos que sirven a una comunidad lingüística, el cual se adquiere por medio de la herencia”, por lo tanto, las vinculaciones al pasado tienen a ser más fuertes que las innovaciones. Sin embargo, lo anterior no impide que se produzcan desplazamientos. Así mismo, existe el enfoque sincrónico y el diacrónico, los cuales puede ser de gran utilidad para tener distintas perspectivas de los cambios en el lenguaje, el sincrónico observa la lengua desde un punto de pista fijo, realiza un corte temporal y determina cuáles son las pautas que en ese momento estructuran la lengua, la cuales son aceptadas por la comunidad lingüística. Por otra parte el enfoque diacrónico examina la evolución de esta en el tiempo, se centra en investigar de qué forma se modifican los signos de las palabras, aparecen nuevos y otros se vuelven arcaicos. El segundo exponente académico a mencionar es John Lyons, este lingüista también estudió la lengua por medio de estas dos perspectivas (diacrónica y sincrónica), sin embargo, él aseguraba que el tiempo no es el factor determinante en todo cambió lingüístico, ya que existen muchos otros factores- internos o externos al lenguaje- que pueden determinar su cambio. En este sentido, Lyons afirmaba que sería erróneo considerar que el progreso lingüísticono es más que la sustitución de un sistema de comunicación homogéneo por otro sistema igualmente homogéneo en un punto concreto del tiempo. Habiendo analizado ambos estudios, se puede llegar a varias conclusiones, sin embargo, existe un denominador común en la investigación de la lengua y este es el cambio, porque incluso una lengua que puede considerarse muerta es capaz de sufrir alteraciones o modificaciones. Y en virtud de lo anterior, nosotros como hablantes podemos quejarnos de que se lleve a cabo este cambio, pero es claro que si nos incomoda es porque podemos entender tanto el significado como el significante de lo dicho o escrito.

-Mónica Marín.