Conversación con Vargas Llosa
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Hoja por hoja

Conversación con Vargas Llosa

 


Mario Vargas Llosa (Arequipa 1936), Premio Nobel de Literatura en 2010, además de los premios Cervantes, Rómulo Gallegos, Menéndez Pelayo, Princesa de Asturias y otros once, muy merecidos; es sin duda el mejor y más leído autor en lengua española de la actualidad.
Vargas Llosa no ha sido bien visto en algunos círculos políticos mexicanos. En 1990 llegó a decir: “México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México”, “es la dictadura camuflada”. Se refería al PRI. Esta famosa expresión ocasionó la protesta de políticos mexicanos y hasta de otro Premio Nobel: Octavio Paz, en una extraña defensa al régimen de partido dominante.
El gran escritor fue candidato a la presidencia de Perú en 1990 y perdió frente a nada menos que Alberto Fujimori. El escritor ejercía un derecho político y fue vencido por quien después fue descubierto como uno de los presidentes más corruptos. Vargas Llosa era una garantía de conocimiento político y de honestidad.
Este año Vargas Llosa hizo comentarios sobre México, criticando abiertamente al presidente, en específico dos asuntos, uno de ellos sobre la carta que el Ejecutivo remitió al gobierno de España, reclamando por los actos durante la Conquista: “Tengo la impresión de que el mandatario mexicano se equivocó de destinatarios, ya que esa carta debió mandársela a él mismo y responderse —o respondernos— a la pregunta de por qué México, que desde hace 200 años es independiente y soberano, tiene todavía tantos millones de indios marginados, pobres, ignorantes y explotados.
Recientemente comentó: “México comenzaba a salir de esa ‘dictadura perfecta’, que al final no era tan perfecta, era bastante imperfecta…y me temo muchísimo que el populismo que parece realmente la ideología del actual presidente de México, nos conduzca otra vez a la ‘dictadura perfecta’ (https://www.milenio.com/politica/mario-vargas-llosa-critica-gobierno-amlo-mexico-retrocede).
El Nobel peruano (también con nacionalidad española desde 1993), ha sido crítico del actual presidente de México y éste no ha dejado de mostrar su molestia y ha dicho que “Vargas Llosa es buen escritor, pero mal político”. Las últimas declaraciones han sido también agriamente criticadas por la esposa del presidente, refiriéndose al gran escritor como “panfletario perfecto” y que no sabe de política.
El hecho de que haya perdido la única elección, no hace de Vargas llosa un “mal político”. Es uno de los mejores conocedores de esa actividad y uno de los más serios analistas en la materia. Hay quienes han perdido dos o tres elecciones y han llegado a presidentes, Salvador Allende, y Nixon, entre otros.
Es obvio que, si se desconoce la monumental obra literaria y de investigación que ha realizado Vargas Llosa, se tachen frívolamente sus expresiones. Pero una revisión y lectura de algunas de sus obras, bastará para saber que contamos con un político de gran profundidad. En La fiesta del chivo, desmenuza el carácter y mentalidad perversa del dictador Rafael Leónidas Trujillo; en Conversación en La Catedral, (su obra favorita) revisa al detalle causas y efectos del gobierno de Manuel Odría; En El paraíso en la otra esquina, da cuenta de sus saberes sobre el socialismo utópico y el llamado científico, destacando la figura de la gran feminista Flora Tristán; La guerra del fin del mundo, es un modelo literario analítico del movimiento socio-religioso-político de los sertones en Brasil; en El Sueño del Celta, da cuenta de la intriga diplomática y efectos malévolos del colonialismo. Su última obra, Tiempos recios, reseña puntualmente el asesinato de Carlos Castillo Armas y el golpe contra Jacobo Árbenz, en Guatemala, instigado por La Casa Blanca. Todos, y algunos más, de lectura imprescindible.
Tal vez no guste a muchos por frases como: “La política era para los vagos, no para la gente de trabajo”, “El parlamento está bien para los que no tienen nada qué hacer”, (Conversación en La Catedral). La verdad no peca, pero incomoda.