1968 San Ildefonso, hace 50 años
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1968 San Ildefonso, hace 50 años

 


Era lunes 29 de julio. Eran las 10 de la noche. Era un batallón de paracaidistas. Era una bazuca el arma que un soldado se colocaba al hombro. Era la calle de Justo Sierra. Era una puerta centenaria. Era el edificio que construyeron los jesuitas. Era el antiguo colegio de San Ildefonso. Era la Preparatoria 3 llamada justamente “Justo Sierra” (por las mañanas era la Prepa 1 llamada “Gabino Barreda”). Era parte de la Universidad Nacional. Era símbolo de la Autonomía. Era la sede de una nueva Ilustración mexicana.
Era el año de 1968.
Eran el año de los Juegos Olímpicos.
Era la Ciudad de México.
Éramos jóvenes estudiantes de ese plantel de la Escuela Nacional Preparatoria.
Apenas el viernes anterior el Cuerpo de Granaderos había reprimido brutalmente a un grupo de estudiantes que conmemoraba 15 años del asalto al Cuartel Moncada, la famosa hazaña fracasada de Fidel Castro. Apenas el jueves anterior esos mismos granaderos habían ingresado a las Vocacionales 2 y 5 del Politécnico (en la Ciudadela) para aporrear a estudiantes de ese plantel y de la preparatoria particular “Isaac Ochoterena” que habían tenido una gresca futbolera.
Ese lunes 29, estudiantes de la FNET (Federación de Estudiantes Técnicos) marchaban hacia el zócalo protestando por la represión del día 26. Perseguidos y golpeados por los granaderos, se refugiaron en la Prepa 3.
La barroca puerta de Justo Sierra 16 caía abatida por el proyectil vomitado por la bazuca. El batallón de granaderos era comandado por un general juchiteco, José Hernández Toledo, para que no se olvide: era el mismo que comandaba a la tropa 2 meses y 3 días después en Tlatelolco, el 2 de Octubre.
Los soldados ingresaron a la Preparatoria. No iban a estudiar. Fueron a masacrar y detener estudiantes refugiados ahí. Fue un “hecho de armas” sin gloria, más bien un acto vergonzoso para el ejército, que continuaría así hasta Tlatelolco.
De triste memoria. No se deben olvidar estos nombres, porque con sus actos ensombrecieron a México. Agredieron a la sociedad. Mataron muchas esperanzas. Mataron a muchas personas:
Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República.
Luis Echeverría Álvarez, Secretario de Gobernación.
Alfonso Corona del Rosal, Regente de la Ciudad de México.
Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional.
Luis Cueto, jefe de la Policía del DDF.
Raúl MendioleaCerecero, subjefe de la Policía del DDF.
Era la mecha que encendió el Movimiento Estudiantil y Popular. Se exhibía al régimen político que humillaba políticamente a México desde 1930.
La Universidad Nacional Autónoma de México había sido mancillada. Su Rector Javier Barros Sierra valientemente mostro al mundo la indignación por la brutalidad gubernamental. Tres días después la bandera nacional se izaba a media asta en la explana de la Ciudad Universitaria. El Rector encabezaba la histórica marcha con la que daba inicio el Movimiento Estudiantil de 1968.