El sistema neocolonial impuesto en México a partir de la invasión de España durante tres siglos, que trató de desaparecer la cultura de los pueblos invadidos. Y después en el siglo XIX, un puñado de españoles nacidos en España (gachupines) y un puñado de españoles nacidos en el virreinato (criollos) en 1824, crearon el México Imaginario, en el que quedaron excluidos los pueblos y culturas nacidas de la civilización del Anáhuac.
De modo que tanto por los gachupines como los criollos durante cinco siglos han tratado de extinguir a una civilización con diez mil años de existencia, que forma parte de las llamadas civilizaciones Madre del planeta, obligando a las personas a encubrir o cambiar su cultura ancestral, para no ser tan excluidos y maltratados.
Las élites dominantes en todos los campos de este país imaginario, tanto en el campo político, económico, educativo y religioso, entre muchos más, han impuesto la cultura europea a sangre y fuego, dado que tienen la obsesión de desaparecer la Matria milenaria.
Por ello, la clase dominante en el poder, llama a las manifestaciones artísticas europeas “la cultura”, entiéndase: la música de concierto, la ópera, el bel canto, el ballet, la pintura, la danza moderna, la escultura, etc. Esta imposición ha sido un fracaso porque el pueblo la rechaza y en sus eventos sus audiencias son raquíticas, aún de los mismos europeizados, quienes usan ideológicamente estas manifestaciones para marcar la diferencia entre la elite y el pueblo. Esta es la razón, todo lo que no sea las manifestaciones de las bellas artes europeas son llamadas cultura popular o folclor.
El gasto que hace el Estado en cultura es dinero mal utilizado, porque el Estado y las élites pretenden imponer un modelo que es inoperante en el Anahuac. Por ejemplo, el costo de mantener la ópera con cuatro eventos por año, es mayor que el que se usa para las culturas populares e indígenas de todo el país.
El gobierno, sus funcionarios y sus presupuestos no hacen la cultura. La cultura la hace el pueblo, sí se suma todo lo que gastan las comunidades en sus fiestas, sería mucho más que lo que el gobierno gasta en la cultura oficial. La cultura no se lleva o se importa. Porque la cultura es la expresión de los valores, principios y actitudes del pueblo ante el mundo y la vida. La cultura específicamente es una determinada forma de vivir, es una expresión muy elevada del Espíritu.
En cambio, el Estado tiene la obligación de ofrecer la educación artística como parte de una educación integral, que es muy diferente, pero no de hacer artistas y menos promoverlos. Los recursos destinados a “la cultura”, es un derroche y un injusto uso del dinero del pueblo para favorecer a unos cuantos, tanto artistas como funcionarios que no funcionan.
Educáyotl, AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado.