Oaxaca de Juárez enfrenta una grave crisis por el corte del suministro de agua potable que afecta a miles de hogares en la capital y municipios conurbados. Desde hace varios días, colonias enteras han reportado la ausencia total del vital líquido, lo que ha generado inconformidad entre la población y preocupación por las condiciones de higiene, especialmente en escuelas, hospitales y mercados.
El corte del suministro ordenado por las autoridades municipales de San Agustín Etla, pone en evidencia la fragilidad del sistema hídrico en Oaxaca, donde la urbanización acelerada, la deforestación y la falta de captación de agua de lluvia han contribuido al desabasto. Más allá de las presiones políticas, especialistas advierten que si no se actúa con urgencia, esta crisis podría repetirse e intensificarse en los próximos meses.
La interrupción del servicio se debe a una combinación de factores: la disminución del caudal en los manantiales que abastecen la ciudad, fallas técnicas en los sistemas de bombeo y trabajos de mantenimiento urgentes en las redes de distribución. Sin embargo, vecinos y colectivos ciudadanos denuncian una falta de planeación y escasa comunicación por parte de las autoridades.
El agua no llega desde hace más de tres o cuatro semana, ni siquiera en pipas. En zonas como San Martín Mexicápam, Santa Rosa y Pueblo Nuevo, la escasez es aún más crítica. Muchas familias han tenido que comprar agua a precios elevados o recolectarla de fuentes no seguras, lo que agrava el riesgo de enfermedades gastrointestinales y dermatológicas.
Ante la presión social, el gobierno estatal anunció la implementación de un plan emergente para abastecer con pipas a las zonas más afectadas, así como una revisión integral del sistema hidráulico. No obstante, organizaciones civiles exigen soluciones estructurales, inversiones sostenidas y transparencia en la gestión del agua.
