Cara sucia
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Escaparate Político

Cara sucia

 


Aunque el controvertido político chilango traído de Michoacán, Benjamín Robles Montoya motejado “cara sucia” luce ahora los colores del Partido del Trabajo (PT), nuevamente quiere ser candidato a gobernador de Oaxaca, pero desde la plataforma del Morena y la fuerza impulsora de López Obrador. 

Este es otro de los que llenan la lista de políticos que se creen con méritos para que el Morena los pueda abanderar como su candidato a gobernador en el 2022. Renegado contumaz “Cara Sucia” ha saltado de partido en partido, de todos ha obtenido posiciones que, aunque relevantes, no llenan sus ambiciones y termina por infamarlos.

Por eso no debe extrañar nadie que en este momento ya esté intrigando para desdibujar los colores del PT en su entorno. Es decir, empieza a fraguar la traición que está en su ADN. Así como renegó del PRI, lo mismo que del MC y del PRD ahora va contra el PT, partido que, irónicamente, hizo diputado a él y a su esposa, al mismo tiempo. Estuvo a punto de darle fuero también a uno de sus hijos. 

En Michoacán, el PRI a través del gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí, lo hizo diputado y los traicionó. Después lo trajo a Oaxaca Gabino Cue y también le mordió la mano. En el gobierno del “cambio” le permitió operar como vicegobernador virtual y luego lo hizo Senador por el PRD. Su voracidad lo llevó, como hoy, en querer ser gobernador de un estado donde no nació y en el momento en que Gabino hizo candidato a José Antonio Estefan Garfías (única decisión sensata del saqueador) le asestó la puñalada pérfida. No dudó en enjuiciarlo mediáticamente, en todos los foros que encontraba inculpaba a su antiguo mecenas como “el gran ladrón de Oaxaca”. 

DESLEAL 

Para este siniestro chilango traído de Michoacán, la palabra lealtad pasa a segundo término cuando le arrebatan algún hueso o no le dan lo que cree merecer. 

La rectitud en política es el bien más preciado. Cumplir la palabra empeñada, colocar por encima de todo, y de todos, el compromiso pactado, lo demás, sea dinero, puestos y posiciones, viene como premio. Lealtad debería ser primicia para todo aquel que se jacte ser buen político. 

A partir de que en el Congreso federal el PES denunció que el PT estaba dando cinco millones de pesos a los diputados del Morena que saltaran a la bancada del PT para poner adjudicarse la presidencia de la mesa directiva, en esta jugarreta vieron la mano del “cara sucia”. No lograron su objetivo, solo ganaron repulsión y todo indica que la bancada del PRI ya negoció presidir la Cámara. 

Tanta generosidad de Alberto Anaya indiscutible propietario de las siglas PT para el “Cara Sucia” no hablan de lealtad recíproca. 

 Desacredita al PT y arma gran escándalo con el intento de compra de diputados. Por encima de la decisión de la dirigencia nacional se adueña de las siglas en Oaxaca. En una intensa campaña mediática “Cara Sucia” pinta su raya ante el PT. Descubre la debilidad de su estructura estatal y se entrega abiertamente al Morena con halagos melosos para la 4T.

La prospectiva es clara: Prepara lo que sabe hacer: otra traición. Planea el fin de otro de sus negros episodios políticos, pero no crean que reculará voluntariamente. Cuando le digan que no será candidato cobrará con creces. Exigirá posiciones para fortalecer su feudo político familiar.     

SU MERO MOLE 

El chilango traído de Michoacán Benjamín Robles es de los políticos más siniestros y, por lo mismo, no le veo posibilidad en su nuevo intento de ser candidato. De todas maneras, vale repasar su historial.

En abril del 2004 lo pintaron tal cual en un artículo titulado: “De siniestro a Demócrata”, en el “Cambio de Michoacán”.  

“Le dicen Cara sucia, El Cuervo (…) Lo identifican por su actuar siniestro (y) perversidad. (…) Llegó aquí (Michoacán) de la mano del veracruzano Juan Benito Coquet Ramos, en 1994, para participar en la campaña del candidato priísta Víctor Manuel Tinoco Rubí, quien asumió el gobierno de Michoacán el 16 de febrero de 1995. 

“Hombre sencillo, de bajo nivel económico y que tomaba fotografías de la gente con el candidato para después enviar una tarjeta en su nombre, se posicionó ladinamente como el hombre con más poder económico y político del sexenio, después de Coquet Ramos. 

“Nadie se salvó de ser víctima de la red de espionaje que tejió, junto con otros personajes de la administración estatal”. 

 “Periodistas, empresarios, funcionarios y hasta el propio gobernador Tinoco Rubí, tenían intervenidos sus teléfonos celulares, particulares y de sus oficinas por órdenes del Cara Sucia”. Continuamos.  

Visítenos en: www.escaparatepolitico.com

O escríbanos a [email protected]

Twitter: @escaparate_oax

Facebook: [email protected]